Hace muchos años en un lugar muy lejano, cuando todas las aves volaban, vivían un grupo de aves que tenían por vecinas unas ardillas, las aves eran muy orgullosas de surcar los cielos creían ser mensajeras de los dioses por lo que no les gustaba hablar con las ardillas ya que creían que éstas eran inferiores, las ardillas por su lado creían que las aves eran muy holgazanas y por eso no hablaban con ninguna ave, un día estaban esperando un bebé al mismo tiempo la princesa de las aves y la de las ardillas, Dios mirándolas tan orgullosas las dos especies decidió que cambiaran a los bebés, es decir la princesa de las aves tuvo como hijo una ardilla mientras que la princesa de las ardillas tuvo como hijo una ave, cada uno de los dos recién nacidos fue criado con mucho amor por sus madres a pesar de su diferencia con sus familiares, sus padres nunca permitieron que las críticas generasen problemas y les enseñaron a ser tolerantes en la diversidad. Todos los días eran un problema, las ardillas enseñaban al ave a caminar, nunca supo para que servían sus alas e incluso admiraba en secreto a las aves cuando pasaban; por otro lado, la ardilla todos los días era retada a volar aun cuando no tuviera alas. Ninguno de los dos bebés logró sentirse acoplado a sus familias y mientras las ardillas volaban, el bebé ave saltaba y aleteaba un poco para alcanzar las ramas altas con mayor facilidad, por otro lado, mientras las aves sufrían al caminar en zonas muy bajas, el bebé ardilla no tenía ese problema, pero al momento de volar la diferencia era muy notoria. Los años fueron enseñando a nuestros dos amigos a adaptarse y a aceptar sus diferencias tratando día a día de acomodarse a las circunstancias, paso mucho tiempo y por coincidencias de la vida conocieron a sus verdaderas familias, pero el tiempo había generado grandes diferencias con respecto a sus especies originarias, así cuando el ave se incluyó con las demás aves no podía volar mucho y se generaron las gallinas, mientras que la ardilla no aprendió a volar pero si a planear, lo que le ayudó mucho cuando algún depredador lo atacaba en un árbol ya que saltaba y planeaba a otro árbol escapando con mucha más facilidad que los de su especie y así se crearon las ardillas voladoras. Moraleja Si eres una ardilla, tus habilidades gerenciales se desarrollarán mejor si te juntas con águilas y aprendes de ellas, mientras que si eres un ave y te juntas con ardillas tus habilidades te permitirán solo ser una gallina.
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