Los mercadólogos (y todos aquellos que se desenvuelven en este mismo ámbito) no me dejarán mentir: una vez que aprendes, comprendes y pones en práctica estrategias de marketing en algún proyecto, de a poco se vuelve rutina no dejar de pensar como mercadólogo. ¿Por qué comparto esto? Bueno, pues resulta que tener mente estratégica 24/7 –que aunque es una aptitud innata de algunos, también puede desarrollarse con la constancia, estudio y práctica–, llega a ser de beneficio y ventaja en la vida cotidiana, puesto que te deja ver con claridad las “reales” promociones, el esfuerzo y calidad de la organización de un evento, la calidad de un producto, y entonces apreciar todo aquello que consumimos y elegirlos aún mejor, de forma objetiva: desde artículos, atención, establecimientos, servicios, y todos aquellos lugares a los que diario vamos, e incluso personas de las que te rodeas. Algunas de las situaciones en la que se puede ver reflejada la mercadotecnia como un estilo de vida, es en el carácter, porque si no te has dado cuenta, un verdadero y buen mercadólogo tiene alma de líder, lo que te lleva a encabezar todo proyecto o grupo social, manejando la situación al gusto propio. Mantener un estilo de vida de marketing nos deja llevar un diario vivir más objetivo, más eficiente y con metas alcanzadas, pues nos permite hacer nuestro famoso FODA personal, enfocar prioridades en nuestros objetivos, profesionales, emocionales, familiares. Asimismo esa mente estratega te hace (aun inconscientemente) conocer mejor a la gente con la que te relacionas, saber cómo empatizar “esos útiles análisis de mercado”, saber cómo hacer más llevadero algún ambiente (laboral o personal) La mercadotecnia no solo es una materia o logía que nos induzca a un contexto profesional, es toda una manera de pensar, es una aptitud con la que se llega a contar en todo aspecto de la vida, te hace una persona estratega, que logra sus metas. ¿Estás en el proceso? No dejes de hacerlo, esto te llevará a triunfos y logros, a metas alcanzadas. Esfuérzate, practica, equivócate y no dejes de pensar estratégicamente y de organizar tus planes con tu alma de líder.
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