El idioma es mucho más que un método, es una forma de hermandad y de amor en sí, también es lo que más nos separa de las otras generaciones, pero en el caso de los Millennial es diferente cuando se habla de negocios, al parecer están preparados genéticamente para adaptarse de forma sencilla a esta. En una breve investigación realizada a ejecutivos de alto nivel y a colaboradores de nivel medio se pudo obtener los siguientes datos: el promedio de correos electrónicos laborales que reciben por día es ochenta, la mayoría de los correos son tachados como urgentes, el noventa por ciento de estos mensajes exige respuestas inmediatas, cada correo debe cuidar el idioma, la cortesía, la concordancia, el estilo e incluso debe ser APB, de esta realidad se desprende una necesidad casi obsesiva por la síntesis, nuestra falta de tiempo para escribir sendos discursos y mantener al día nuestras bandejas de entrada exige expresarse de manera lacónica, si a esto se le suma que la humanidad siempre ha buscado un idioma universal, como el desarrollado por Qin Shi Huangdi, podemos determinar con facilidad que los emojis y la expresión diaria de esta generación (millennials) es la que más se acerca a estos requerimientos. La comunicación de hoy en la que SMS, WhatsApp, Twitter, Facebook, correo electrónico, entre otros son parte del día a día empresarial y entendiendo que “Una imagen vale más que mil palabras” parecen que Shigetaka Kurita creó a medida de hoy estos famosos emojis en los años 90 y si bien hay diferencias de significado por temas culturales son mucho más entendibles que varios discursos cantinflescos, la importancia de su utilización ya es tan visible que se ha desarrollado herramientas como Emoji Targeting y si en su utilización empresarial se incluyen aspectos como filosofía de la marca, Humanizar y acercar la marca a los usuarios, suavizan los comentarios, destacar los mensajes y aumentar seguidores y popularidad en redes sociales podemos determinar que los Emoticones son la comunicación empresarial del futuro pero hoy.
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