Cuántas veces de una u otra manera, hemos oído la frase “tu trabajo es fácil, solo haces dibujitos” o simplemente “el diseño cualquiera lo puede hacer” Y la verdad estas suposiciones están muy lejos de la realidad, este oficio va más allá de hacer bocetos o dibujos. Veamos. Claro que el dibujo es esencial tanto para el especialista en ilustración como para el diseñador, pero esta herramienta es un instrumento que se desprende del gran abanico de cognición que supone conlleva el oficio de diseñar. En sí el oficio no es “saber dibujar”, más bien esto se trata de saber proyectar, es decir, desarrollar la destreza de observar para interpretar las formas que después se van a convertir en ideas para plasmar (y materializar) pero aunado a esto, es igual o más importante saber comunicarnos. Cuando el cliente expresa determinada necesidad de comunicación, tenemos que identificar en su discurso las palabras clave para analizar y conceptualizar la pieza de diseño. Una vez teniendo el concepto pertinente que resuelve su necesidad, la configuración de los elementos (que no necesariamente van a ser dibujos) tiene que ser coherente y transparente con el mensaje que queremos transmitir. Además de proyectar y saber comunicarnos, tenemos que tener habilidades técnicas muy precisas, y esto tiene que ver directamente con el área en la que nos especialicemos. Es decir, tenemos que dominar softwares específicos, como herramientas técnicas y de apoyo en nuestro proceso creativo. Sabemos que es parte de la formación del diseñador contar con las habilidades que se han ido mencionando, pero se necesita mucha práctica y experiencia para ejecutarlas bajo una línea de calidad. Ahora, como campo, también tenemos que saber gestionar los recursos con los que contamos: llámese equipo humano en áreas que convergen y no convergen, llámese procesos, llámese materiales, llámese presupuesto, llámese tiempo, etc. Y claro, esto es más que dibujar… hablo de aprender a administrarnos y a percibir que el diseño no trabaja solo, sino en conjunto con otras especialidades. Como vemos, en realidad nuestro trabajo no es fácil, por el contrario es bastante complejo. Todas las áreas de diseño son complejas… vaya, incluso la herramienta del dibujo resulta complicada per se. Concluyendo, lo que hacemos requiere invariablemente una fase de investigación para generar una estrategia y un programa a ejecutar, pero sobre todo requiere que entendamos como interactúa nuestro entorno, justo para insertar nuestras piezas de diseño de forma óptima. Me despido, soy Erika. Ustedes ¿qué opinan? ¡Hasta la próxima!
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