La generación de las marcas

“Vamos a hablarle a millenialls” exclamó la compañía de seguros… también la de champú, la de celulares, la de comida enlatada y la de programas educativos infantiles. En el trabajo escucho la palabra “millennials”, sin mentir, unas 14 veces al día; sí, las conté. Voy a enloquecer, seguro. Pero ¿qué es lo que motiva al cliente a pensar que esta generación, la más odiada por el mundo, no solo publicitario, los va a llevar al éxito?

  • Primero, creo yo, es que están todos en un solo lugar. Viven en medios digitales y son mucho más propensos a conectar con las marcas a través de redes sociales y un poco de empatía.
  • En segundo lugar, son demasiados y son devotos. De acuerdo con datos del INEGI, alrededor de 30 millones de mexicanos pertenecen al segmento millennial de la población; lo cual significa que, si los convences de que tu marca es la mejor opción, tendrás a miles de voceros que no solo la usarán, sino que se convertirán en promotores activos que lo único que pedirán a cambio es atención oportuna y alguna recompensa de vez en cuando.
  • El tercer punto en esta lista es que el millennial es poco paciente y exigente. Debido a que crecieron en la época en la que todo se encuentra a pocos pasos de distancia, es necesario darles respuestas oportunas y veloces, ya que no están dispuestos a esperar; viven el famoso “aquí y ahora”.

El error está en que muchas veces ignoramos que la brecha generacional entre este público existe, porque una persona de 35 años no toma las mismas decisiones ni tiene las mismas necesidades que alguien de 20. Si tomamos en cuenta que entre los 20 y los 25 comienzas a trabajar formalmente, buscas independizarte y además quieres viajar y vivir la aventura, no es lógico que quieran hablarte de cuidar a tu familia con un seguro costosísimo, porque, además, los salarios para estos jóvenes no son los más deseados. Por otro lado, una persona de 35, se encuentra en el apogeo laboral, familiar y personal, según estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, por lo que en realidad no le interesa un nuevo filtro de Snapchat o los concursos de viajes y tatuajes, pues son más tradicionales y hasta cierto punto conservadores. ¿Será posible que interpreten el mensaje, si uno quizá esté decidiendo qué estudiar y el segundo piense en opciones de universidad para su hijo? No, no funciona así. Por eso, a pesar de los esfuerzos, pocas marcas logran el tan ansiado engagement con el público millennial, porque, claro está, no basta con poner un emoji al final de cada texto.

AUTOR Ale Ramírez Como no sé dibujar mejor escribo. Me gustan las historias cortas y las palabras elegantes. Si tienes algo que decirme, así me encuentras: @aleramirezzzz

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