Paso mucho tiempo desde que volví escribir una carta a Los Reyes, quiero pensar que aun existe en mí esa magia que nos inyecta los padres en el momento que empezamos a creer algo más allá de la mercadotecnia y la publicidad, ahora, después de largos años nos dedicamos justo a eso, creo que hoy en día es más necesario creer en magia, que solo aumentar las ventas. Por ello, pienso que nuestro deber como creadores de estrategias mercadológicas y publicitarias es en pensar en volver a creer en esa magia en que un juguete, un carro, una tarjeta, un producto puede crear todo lo que desees, llegar a inspirarnos. Nuestras posesiones añaden sentido a nuestras vidas, por eso compramos, intercambiamos, regalamos, atesoramos y poseemos cosas. Las cosas con las que hemos decidido convivir no son objetos inertes. Las envolvemos con nuestra imaginación, nos expresamos a través de ellas, las convertimos en parte de lo que nos importa. Eso se debe a una excelente comunicación que tiene una marca, en su tono, en su lenguaje, en su concepto. Pero, hoy día, después de tantos avances tecnológicos, sociales, políticos, de miles de productos, marcas, servicios, después de tantos sucesos que cambian nuestra forma de vivir … ¿Que es una marca? Para mí una marca es un conjunto de atributos que se unen para crear una diferenciación de las demás existentes en el mercado, estos atributos; Confianza, empatía, personalidad, seducción, defensora y protectora de una causa, yacen dentro de un mensaje de comunicación que debe tener, a huevo, emociones y sentimientos que empaten con los deseos e impulsos de las personas. Una marca debe ser la extensión del ser humano, resolver un problema de primer nivel, satisfacer sentidos y generar placer al usarla, debe satisfacer un sentido, más allá de la “necesidad”. Hoy las marcas son todo lo que te puedas imaginar, menos una palabra de cinco letras. Marca, ya suena aburrido Las marcas han pasado de la inspiración y la audacia a la cautela y la aversión al riesgo, hoy las marcas no tienen ningún concepto diferencial. Dejaron de ser las niñas mimadas de los profesionales más audaces y valientes, ¿Será que nuestro trabajo ya nos aburre, será acaso que los buenos creativos dejaron de trabajar en publicidad, será que ya no tenemos los huevos de hacer bien nuestro trabajo, será que ya solo deseamos dinero en vez de buenas ideas, será acaso un problema de la vieja escuela o de la nueva escuela? Hoy las reglas son más duras, los seres humanos andan en la búsqueda y caza de nuevas conexiones emocionales, cosas en la que creer y poder amar, cosas con las que se sienta identificado y compartir – Insistimos en poder tener más opciones, nuestras expectativas son más elevadas cada día, agradezcan a internet -, la gente necesita más energía emocional que les ayude a tomar sus decisiones. Más Unique Brand Communication Concept y menos “El totalmente nuevo”. Son las personas quienes ponen en el mapa un producto o servicio, sin ellas ningún negocio existente en el mundo podría sobrevivir en esta batalla campal denominada mercado. Son las personas las que adoptan o botan nuestro mensaje día a día, son ellas si deciden o no colocarnos en primer lugar de ventas, son ellas las que deciden que giro lleva la empresa, son ellas las que con un Tuit, en un Focus Group, en un Post de Facebook, plasman su pensar, su malestar, su alegría por lo bien o mal que hacemos nuestra comunicación de nuestra marca, son ellas las que deciden, nosotros no. El nuevo consumidor está mejor informado, es más crítico, menos leal y más difícil de entender, se ha fundido en una nueva población multigeneracional, multiétnica, multinacional, multistalking e hiperconectada. Los productos dejaron de ser nombres y símbolos para convertirse en confianza y fiabilidad, las marcas son todo menos productos y servicios, un producto, un servicio, una marca, una empresa hoy se mide por el grado de lealtad y empatía que tiene con su mercado. Cuantas más marcas se inventan menos percibimos las particularidades de cada una de ellas, cuanto mayor sea el número de marcas en una categoría, más escasos son los recursos para posicionarla. Se crea un círculo vicioso de novedad; Valor, promociones tácticas, relanzamiento, eventos, cambios incrementales mínimos, etc. Las marcas nacieron para diferenciarse, yo me pregunto, si hoy vieras todos los comerciales de autos y les quitaras la marca ¿Habría diferencia? Y también lanzo la pregunta, como el chico de una “nueva generación”, y con el temor de ser atacado de ésta mi amada industria. ¿Cuando tú “vieja escuela” te darás a respetar y dirás al mundo que tu trabajo vale aun más que “El totalmente nuevo”, cuando empezaras a facturar emociones, cuando harás tu trabajo y pelearas por la nueva época de oro de la creatividad mexicana, – y créeme estamos en una época donde se puede hacer de todo -, cuando dejaras de ser el envidioso, él “se la robo”, cuando hablaras como país y no como agencia, cuando empezaras a creer en tu industria, cuando guiaras a la nueva escuela con ese auge, esa pasión y adrenalina, con esa irreverencia de los ochentas, con ese amor por lo que hacías las cosas, de marcar tendencia, hacer diferencia, con esa ambición de dejar en alto a México? Y tu nueva escuela. ¿Cuando volverás a creer en la magia, cuando te darás cuenta que el mundo ya está listo para escuchar tus ideas?
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