Hace algún tiempo un joven de prepa me pidió ayuda para su tarea de educación vocacional y me hizo la siguiente pregunta: ¿cómo elegiste qué carrera estudiar? Yo respondí en automático argumentando mis aptitudes en comunicación y que me reconocía bueno en ello; pero al terminar nuestra charla me asaltó la duda e indagué más profundo: ¿qué nos hace talentosos en algo o cómo nos sabemos diestros en ello? Según su etimología, “talento” deriva del significado griego “peso al plato de la balanza”, o sea una inclinación por algo o la habilidad para realizar una actividad a menudo vinculada a la inteligencia o algún “don” místico e innato. Pero el talento, y muchas cualidades tales como creatividad, liderazgo, innovación, entre otras; adquiere con el hábito y el entrenamiento. Dicen que la práctica hace al maestro y aunque esta aseveración suene real, una rutina desmedida no garantiza el dominio de una actividad. El talento como cualidad competitiva puede llevarte a niveles de maestría que nos ayuden en nuestra vida personal y profesional. Según el sociólogo Max Nordau, talento tiene quien ejecuta actividades genéricas practicadas por otros, pero en mejor manera que la mayoría y llama genio a aquel individuo que crea nuevas formas de actividad no emprendidas antes por otros o llevadas a cabo de un modo enteramente propio. Entonces si desarrollamos nuestro talento de forma original, podremos sobresalir del resto y alcanzar la genialidad. Así que considera los siguientes puntos para sacar mayor provecho al afinamiento de tus habilidades.
- Motivación
Antes de desarrollarlo, primero tendríamos que identificar nuestro talento. La manera de hacerlo es más sencilla de lo que crees, pregúntate qué te apasiona y desarrolla actividades que abonen a ese gusto. Ten presente que siempre habrá fallos al momento de aprender algo nuevo, pero al menos si es motivador será sostenible en tu crecimiento a largo plazo.
- Recursos
El tiempo, entorno, energía y salud son factores fundamentales en el desarrollo, pero tener destreza no es suficiente para alcanzar el éxito, también el costo emocional de sostenerse en él es muy alto. La llamada Inteligencia Emocional nos ayuda a entender mejor esto, actualmente así como cultivamos el cuerpo, incluso podemos trabajar con nuestras emociones.
- Habilidad
Reconoce tus fortalezas pero también tus debilidades ya que si sólo te enfocas en desarrollar tus mejores cualidades terminarás sucumbiendo ante tu flaqueza. Explora aquellas partes de ti que no te gustan o te sientes poco competente, a menudo el miedo esconde deseos que pueden convertirse en gratas virtudes.
- Perseverancia
Para lograr algo hay que tener tenacidad y ser capaz de entender el proceso como un camino en el cual a veces tendrás aciertos o errores, pero si divides en pequeñas metas tu objetivo, será más sencillo alcanzarlo. Practica siempre sin perder de vista tu propósito. En resumen, el talento requiere de elementos personales tanto físicos como psíquicos; conocernos a nosotros mismos será la base para descubrir y perfeccionar. Los anteriores pasos si bien pueden parecer sencillos, requieren de trabajo arduo y representan sólo una guía, consideremos que cada quien toma diferentes caminos para llegar a un mismo destino. Así que volviendo a lo que me trajo escribir esto… si crees que eres bueno en algo, poténcialo y si piensas que eres malo no te desanimes y sigue adelante. Haz giros de 360º, 720º, -1440º o hasta cambia de eje, encuentra tu talento y conquista mundos.
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