?Nota: Llevo 30 años de mi vida sacando al Chespirito que todos llevamos dentro. Y lo hago porque solo así puedo sobrevivir en la publicidad. Porque con él puedo reírme de mis ideas. Chespirito me enseñó que la risa siempre te mantiene en el mundo terreno, y elimina los egos inútiles de aquellos que adoran sus trabajos y no ven sus defectos. Quiero contarte la historia de nueve voces en mi cabeza, las voces que me hicieron un mejor publicista, una mejor persona. Una noche, hace ya algunos meses, me encontraba disfrutando del silencio que solo pueden regalarte los grillos y las estrellas. Me había alejado unos días de la ciudad para empezar a escribir mi nuevo libro, y allí estaba, en medio de los árboles, el viento fresco y la luna llena. Luego de empaparme del espíritu del lugar, abrí mi laptop y me encontré con un e-mail escalofriante: una ex alumna quería dejar su trabajo en la publicidad, luego de vivir un tortuoso primer mes de agencia. Erika sentía que no servía para el negocio. Cerré mis libros y me dispuse a responderle de inmediato, decidí compartirle mi más grande secreto. Decidí decirle que yo hablaba con Chespirito. Querida Erika: ¡Saca al Chespirito que llevas dentro! Quiero que sepas que para nadie es fácil empezar, pero frente a cada barrera no hay una derrota sino un aprendizaje de vida. Quiero que saques a tu niño interno, y guardes silencio, solo así podrás oír a aquel personaje de Chespirito que necesitas escuchar. Aquí te envío con cariño lo que mi Chespirito interno me hizo ver cuando, aún joven, sentía que el único camino era rendirse, que el mundo de agencia no era para mi, que las ideas nunca me eran propicias y que era mejor para todos salir de allí y hacer otra cosa. Mis voces dijeron ¡no! 1. “Fue sin querer queriendo” Quiero que sepas que tienes que aprender a equivocarte. A controlar esa angustia que nos han construido, por tanto tiempo, solo por buscar respuestas correctas o trabajos perfectos. Sabes algo, no existe tal cosa. Hay que equivocarse y saber que en la agencia cuando empiezas estas para ello, para practicar y crecer, para meterte en problemas y solucionarlos, para que tus jefes al corregirte te contagien de sus conocimientos. Hay que equivocarse queriendo equivocarse. No te sientas mal por ello. Recuerda recién empiezas. 2. “Tómalo por el lado amable” Entiende que la incertidumbre es el pan de cada día y eso es lo divertido de esta generosa profesión. Que no necesitas de vivir pensando en premios, ¡no solo pienses, trabaja por ellos! Comprende que la incertidumbre es la madre de la diversión, del asombro, que si la adoptas entenderás que ser publicista no es un trabajo sino un lindo hobbie, un estilo de vida. 3. “Es que me da cosa” Nadie dijo que sería fácil. Sin sudor no hay recompensa. Nuestro trabajo es duro y constante, y necesita de mucha información, que no llega sola, que necesita de tu curiosidad para aparecer. Que no te de “cosa” vivir, que no te de “cosa” como al Doctor Chapatín, cuando debas descubrir algo que no te agrade, es parte de cualquier camino, que tomes. Y no es justo rendirse solo porque “piensas” que tienes miedo. Los miedos frenan, pero son leones de papel, son solo eso. 4. “¿Don Ramón, es verdad que su abuelita es malabarista?” Para divertirte en la publicidad debes de arriesgarte a preguntar. Preguntar es el mejor camino para llegar a una idea. Debes investigar, oler, dejar que tus sentidos vuelen, y vibrar con cada uno de tus descubrimientos. Permítele a tus ojos observar, permítete saber que eso es ser un publicista. Pregúntate cuanto quieras, solo así las cosas tienen sentido, solo así las estrategias son sólidas, solo así tus sueños de publicista exitoso llegaran a buen puerto. Arriésgate a recibir un coscorrón, pero vete feliz, porque descubriste una nueva ventana por la cual mirar. 5. “Síganme los buenos” Es simple imita a tus mentores, ve a través de su acciones. Por algo han llegado lejos. Lo positivo se contagia. Siempre existirán problemas y personas indeseables, es inevitable, pero recuerda, solo construyendo un grupo de trabajo sólido y honesto podrán salir de cualquier problema en una agencia. La agencia debería ser un lugar de compartir y vivir, no un centro de trabajo, no solo compañeros de escritorio. Ser seres humanos antes que creativos es una de las tareas más duras, pero solo se logra si intentas comprender y aceptar a los demás. Así es como empieza el camino del buen publicista, juntándose con los buenos, no con los showmans. 6. “Que no panda el cunico” Debes aprender que las ideas tienen su tiempo de cocción, no desesperes si no llegan rápido, o si no son de la calidad que deseas, no pretendas que a la primera idea que tengas te salga un súper proyecto. Debes tener muchas ideas para tener una buena. Al principio uno se bloquea, se frustra, es en la práctica cuando un publicista se hace de un proceso. No te angusties si ves que otros sacan ideas más rápido, tú dedícate a sacarlas, ese es el primer paso, luego vendrá la dinámica, y verás que mientras más millaje creativo tengas, éstas vendrán a ti como hojas en otoño. 7. “No te doy otra nomás, porque mi abuelita era cirquera, trapecista y campeona de tiro al blanco” Desde el principio de tu carrera debes saber que éste es un negocio de entornos, de historias, no solo de mensajes. Tu estilo de vida es crear universos en donde las marcas hagan a los consumidores mejores personas, y no entes de consumo, eso estuvo bueno en décadas pasadas, el futuro tiene otra cara. Conviértete a medida que envejeces con tu carrera en la abuelita de don Ramón, que logró tener miles de profesiones e historias. Se un ser humano capaz de inspirar. Se un publicista que piense fuera de una Mac. 8. “Se aprovechan de mi nobleza” No pienses que quienes te rodean en la oficina están evaluándote todo el tiempo, respira, no te dejes intimidar por tus fantasmas. No detestes a los jefes jodidos, son ellos a quienes agradecerás más adelante, sí, a esos que te dicen mil veces que debes cambiar algo, o que le des la vuelta o que lo aterrices, a ellos tienes que agradecerles. Recuerda, ellos no se aprovechan de tu nobleza sino que la están formando. 9. “No contaban con mi astucia” Quiero que pienses muy bien es esto ya que con esto me despido, de ello dependerá que sobrevivas en la vida publicitaria: “El mejor premio es que tu cliente te renueve, el resto es solo un adorno” En ese momento pulsé “enviar” y cansado bostecé un largo rato, mientras el recuerdo de mi 1er mes en una agencia llegaba a mi mente, y con él, las voces de Chespirito que me ayudaron a vivir feliz. “Gracias dueño de mis risas”, dije al viento.
Comentarios