Falta poco, semanas, meses, horas, para que se decida qué rumbo ha de tomar nuestro país, y como ha sucedido en los últimos años, no son las propuestas, ni los buenos deseos, ni mucho menos la voluntad reaccionaria o la historia, quienes proporcionarán los argumentos decisivos para elegir entre candidatos -aunque constituyen un factor importante, será la mercadotecnia política quien ganará las elecciones. La merca política no vende productos o servicios sino que cultiva ideas. Las ideas son los soldados más fuertes que salen a luchar al campo del deber, si usted logra asociar algún bien a un campo de experiencias constituido por ideas que el pueblo ya tiene, podrá persuadirlo de comprar, votar o soñar algo. Pero vamos haciendo espacio entre la creencia y la realidad, la merca política no lo hace todo: el trabajo más fuerte, lo hace su vecino, su amigo, su jefe en el trabajo, que son ese otro conjunto de experiencias y valoraciones que nos indican qué creer y cómo hacerlo. Frente a lo que los medios venden y proyectan, están estos entornos ideológicos que también implican preferencias que nos convienen o nos causan perjuicio, es a ese mundo al que definitivamente diremos sí o no con nuestra acción política. Gramsci decía que toda acción humana es una acción política, tal consideración nos interesa por lo mismo que sucede como fenómeno de identidad en el fútbol, son los seguidores los que hacen la campaña, el post que hizo usted ayer por la tarde, conlleva una clara intención interpretada por otros. Las comunicaciones en la sociedad provocan siempre autopoiésis de comunicaciones, es decir, se reproducen por su naturaleza. Ahora, con respecto a los políticos cada acción que realicen determinará un espacio estratégico para sus detractores, ¡hay de aquél que haga algo mal! En redes sociales, donde predominan los simpatizantes del PRD, las acciones del tricolor son llevadas a la exageración y a una fuerte crítica, mientras que éste último, tiene todo el apoyo y el poder de los medios tradicionales que saben hacer bien su trabajo (la magnanimidad del storytelling). Hay que notar que el PRI ha comprado exageradamente espacios en Internet. El PAN, por su parte, se ha cerrado a sí mismo las puertas al elegir la misma estrategia de acción que en elecciones pasadas, que por supuesto luce ya desgastada. Todos los observadores estratégicos esperábamos que lo hicieran, por eso ha sido tan fácil para el partido tricolor rebatir los ataques. Nueva Alianza, ha elegido otra vía, más imprecisa y difusa, que parece evidente una intención de fondo; por un lado desplazar el voto haciendo que la contienda se vuelva más caótica, pero por otro, al conocer sus posibilidades de éxito valdría esperar hacia qué lado de la balanza se inclinará -algo que ya todos sabemos. Las elecciones en puerta nos muestran qué tanto el marketing puede servir de escudo protector frente a las malas decisiones de los seguidores de un partido, pues al final, es muy difícil alinear todas las acciones posibles de los simpatizantes hacia una filosofía: elefantes en las campañas, golpizas, visitas a universidades, etc., no son buenos elementos que constituyan una decisión positiva. Pero el equipo que está detrás del partido tricolor evidentemente empuja hacia la resolución estratégica de los conflictos contingentes. Me habría gustado ver a un PRD más fuerte, que interviniera directamente en su campaña, pues aunque hay mucho trabajo indirecto en redes, hace falta una presencia, una imagen, a la cual apunten todas esas comunicaciones bien intencionadas. Eso provocaría mejores acciones de mercadotecnia política que observar, explotaría la creatividad de los contendientes, aunque ya es tarde para eso. Estamos tan cerca de las elecciones, pero aún no sabemos si la victoria sea para uno u otro de los partidos; aunque se manipulen los números, es evidente el clima de incertidumbre que reina en los medios masivos de comunicación. Es preciso recordar que ante toda incertidumbre el mejor remedio es la confianza, la pregunta que queda es ¿ya confían en alguien ustedes?
Comentarios