A diario escucho cómo se discute, qué es la creatividad, cómo se desarrolla y en dónde se encuentra. Todo esto, como si se tratara de la búsqueda de un desconocido astro en nuestro universo infinito. Leemos extensos instructivos con técnicas para desarrollar la creatividad en quince minuciosos pasos, pagamos por «cursos acelerados para desarrollar la creatividad» y todo esto sin dejar atrás los rituales espirituales necesarios para «fluir» y comenzar a ser creativos. Se dice que la única manera para lograr ser creativo, es a base de un duro, difícil y sistemático trabajo. Al leer todo esto, se percibe que el camino para comenzar a ser creativos está muy lejano y nos deja con una angustia casi laberíntica y boscosa. Quiero aligerarles el recorrido y comenzar por desmentir muchos de estos supuestos. La creatividad se trata de encontrar un universo infinito de posibilidades. Y la única manera para lograrlo es dejar salir a nuestro imaginario de la prisión en la que ha estado encarcelado. Los libros, la música y el arte forman ese imaginario intelectual, pero la imaginación es mucho más que eso. Hemos sido formados por la sociedad, el país y la familia, que rigen la forma en cómo actuamos y percibimos la vida. Acostumbrados a un mundo donde se dice, pero no se hace. En donde el objetivo del lenguaje son las mismas palabras. Todas estas creencias y costumbres son como la bruja mala onda que nos encarcela para conducirnos de determinada manera. Si comenzamos por no dejar que se aprisione nuestra imaginación, entonces ya podremos desarrollar la creatividad. Desarrollar en nuestra mente todas las posibilidades y dejar que la creatividad desborde a las palabras. Hasta he llegado a pensar, que muchos de los problemas sociales del mundo son consecuencia de la falta de creatividad o en el peor de los casos creatividad mal comprendida. Por eso, creo firmemente que la creatividad no es la forma en cómo hacemos las cosas, sino la visión que tenemos de éstas. Por lo que, pensar que existe una receta exacta para ser creativos es como hablar de querer encontrar la tan clichosa fórmula del amor. Mi recomendación, dejar de pensar cómo ser creativos, comenzar a ser y hacer. Autora: Carla de la Parra
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