Bienvenidos al 2013, espero que su viaje hasta el momento sea de lo más placentero, a pesar de la reincorporación a las actividades laborales -el autor le recomienda que se acostumbre a la pesada carga cotidiana como un Sísifo bien intencionado-. Antes que empezar con un recuento de lo que estuvo bien y mal en cuanto a campañas de marketing, en este primer artículo me gustaría platicar acerca de algunas recomendaciones para no regarla tanto redactar mejores copies y que éste sea un año fructífero y provechoso. Como preludio a mi opus, quiero agradecer al 2012 por irse y espero que allá se hayan quedado el perfume de Pizza Hut, mi contrato cancelado con el pésimo servicio de Megacable, mis esperanzas de que el iPhone 5 fuera completamente glass, la vecina que golpea a sus hijos y las tareas de la maestría. Dicho lo anterior, me gustaría puntualizar que escribir un copy, como diría mi padre no es un trabajo real no es fácil, y que en redacción también existen tendencias en los temas, en las formas de estructurar, así como para los diseñadores que caen en el Maelström del color de moda, se vuelve un estigma imperceptible contra el que tenemos que enfrentarnos en nuestro quehacer cotidiano. Pero los arquitectos de la imagen no somos tontos, sabemos que algo anda mal cuando ese copy no termina de pegar, es una sensación de extrañeza que se despierta detrás de nuestros ojos y que encuentra su mejor indicio en el fruncimiento olímpico del entrecejo, así como en el arqueamiento profesional de la ceja izquierda o derecha (así es, usted lo está intentando en este momento, mejor entrénelo frente al espejo). Para eliminar ese extrañamiento de nuestra creación, aquí mi aporte para redactar copies de calidad: 1. Escuchar a la intuición. Algunas veces y si está bien entrenada, se convierte en nuestra mejor arma porque sabe cómo acercarse a nuestro oído menos torpe y musitar “googléalo” y voilà, se darán cuenta de cuántas veces ha sido usada su ingeniosa aportación. Muchos grandes publicistas se evitarían vergüenzas siendo un poco más modestos al momento de buscar y redactar algún texto. 2. Tome un curso. Primero para escribir copies, por más raro que suene. No crea que por leer poesía 8 horas diarias o por inspirarse en las 9 musas, sabrá hacerlo. No todos sabemos crear mensajes, hay metodologías concretas y precisas para proceder, aunque una parte del proceso ciertamente tiene que ver con la creatividad. Luego tome otros cursos: de guionismo, de literatura, de cocina, hasta de ortografía si es necesario. 3. Elija un método y explótelo. Los métodos no coartan la creatividad, son un espacio sin límites para expresarla, pero hay que tener claro que no configuran estructuras irremplazables, sino que están en constante cambio como la situación a la que se deben. 4. Un buen copy no es resultado del autor. Es resultado de la audiencia, de las necesidades y códigos que la construyen, pero también del esfuerzo constante, de horas de pruebas y errores, de la adecuación a la filosofía de la empresa, de alucinógenos trabajo en equipo y muchos otros factores. Creo fielmente que los mejores momentos para escribir, si bien dependen de las horas de trabajo, también tienen que ver con el esparcimiento y la diversión, con caminar la ciudad, respetar las formas espaciales, pero lo más importante es dejar que las cosas nos dicten las palabras que necesitamos escribir, no importa si es para vender un perfume o un refresco de cola. Este año dense a la tarea de disfrutar cada palabra que escriben. Feliz 2013, nos leemos en próximas semanas.
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