Este es otro tema de debate en la publicidad. Todo comenzó cuando se insertaron supuestamente durante alguna película un par de fotogramas que decían “Eat Popcorn” (Come palomitas) y “Drink Coca-Cola” (Bebe Coca-Cola). Según los estudios, se incrementaron en la sala de cine las ventas de estos productos. Tiempo después se dijo que los resultados de ese experimento estaban alterados. ¿Cuál es la verdadera historia? Quizás no lo descubriremos pronto. Pero, ¿qué es lo subliminal en realidad? La palabra sublime proviene de un vocablo latín que significa ‘por debajo del límite’; un mensaje subliminal es entonces un estímulo que sólo es percibido por un nivel debajo del de la consciencia. Conocemos los casos más famosos como el de Camel, el de los hielos con la palabra “sex” y el anuncio de pisos con una imagen sugestiva. Todos ellos en su época le dieron a las personas un motivo más para desconfiar de los métodos de las marcas para vender mientras las marcas se divertían colocando imágenes para incrementar las ventas. Es verdad que el sexo vende, sin embargo colocar una palabra o una imagen de manera poco evidente no está comprobado por la ciencia que incremente el impulso de la compra. Quizás ocurra un efecto contrario al encontrar símbolos fálicos en la comida que la vuelven poco apetecible. Además, en el momento en que alguien percibe esas imágenes, entonces ya no es sublime, es perceptible. Entonces, ¿cuáles son los parámetros de lo subliminal y cuáles son sus consecuencias? El único resultado palpable es el morbo de los consumidores. A partir de esos sucesos han buscado mensajes por todas partes, encontrando algunos hasta en películas de Disney. Sin embargo, no se sabe hasta dónde pueden tener efecto sobre las decisiones de compra. Por otra parte, hay otros métodos que pueden caer más en lo subliminal si salimos un poco de lo visual. Y el merchandising puede ayudarnos en este tópico. El ambiente, la iluminación, los colores y la música, incluso algún ademán del personal, algún detalle en la decoración del lugar o un olor específico del embalaje pueden ser otros factores que realmente influyan en la compra siendo menos obvios que las imágenes, sublimes pero no inconscientes del todo. Y tú, ¿crees en la publicidad subliminal?
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