Es verdad. La ciencia ha estado trabajando para conocer más sobre la mente humana y obtener mejores resultados en los procesos de venta. Ha estado investigando los efectos que algunos colores, formas, situaciones, aromas tienen sobre el cerebro y decodificando los significados de éstos para una mejor comprensión del comportamiento humano. A eso se dedica el neuromarketing, y desde que salió a la luz este concepto, la gente sintió pánico. ‘Ahora nos obligarán a comprar y seremos manipulados’, pensaron, lo mismo que con la publicidad subliminal. Pero no confundamos ambos conceptos. La publicidad subliminal sólo introduce información poco perceptiva, pero no se adentra en las profundidades del cerebro. El neuromarketing implica resonancias cerebrales y otros procedimientos científicos que buscan respuestas. Pero, ¿es realmente poderosa esta herramienta? Con los estudios que cada día se hacen se ha permitido explorar la mente humana y las verdaderas necesidades, pues las respuestas que las personas dan en los ‘focus groups’ y en las encuestas son sólo ‘mentirillas’ que el cerebro inventa, manteniendo oculta la verdadera respuesta. Por lo tanto, el neuromarketing ha ayudado a comprender mejor las necesidades de las personas y por ello se han aplicado algunos datos. Por ejemplo, uno de los descubrimientos apoyados por la antropología es la preferencia por las curvas, ya que el mundo natural sólo presenta curvas. Es por ello que los envases, algunas tipografías y algunos productos han suavizado sus líneas, para crear una mayor empatía. Sin embargo, estas y muchas otras modificaciones sólo haces el producto más atractivo, pero no “obligan” a la compra. Aún por muchos estudios que se hagan, las personas siempre tendrán en sus manos el criterio y la capacidad para decidir la compra, pues sólo se trata de factores que influyen, de lo contrario todos beberíamos Coca Cola tres veces al día y comeríamos cajitas felices. ¿Qué opinas del poder del neuromarketing? Foto cortesía de Fotolia.
Comentarios