En todo el mundo son alarmantes las cifras de accidentes en auto causados por culpa del celular. Preocupados por ello, Volkswagen, trabajando en Guatemala con la agencia el Taier/Tribu DDB y por aparte Publicis México con Mini, ambas marcas lanzaron unos prints para concientizar a la gente sobre el acto de conducir y ‘textear’. Sus mensajes son sencillos: grandes imágenes, textos relegados. Esta es la tendencia que mostraron las piezas ganadoras de los festivales celebrados durante mayo. Sin embargo, esto nos lleva a pensar en cuál importante es el copy en el mensaje publicitario. Hace unos años el texto era aún visible y las imágenes complementaban la idea. Ahora son los textos los que dan con-texto a las representaciones visuales que son cada vez más sencillas; algunas piezas se entienden al primer vistazo, hay otras que requieren un poco más de reflexión, pero ¿en qué medida estamos facilitando el mensaje o complicándolo? ¿Al consumidor le agrada descifrar los mensajes? ¿A quién ahorramos esfuerzo, a la publicidad o a la audiencia? La campaña de Mini, sin embargo, va más allá del print, en lo virtual y en la vida real. Se colocaron en la calle modelos de letras destrozadas como las de la imagen, y en ellas había códigos QR con los que se podía descargar la aplicación “The word blocker”. Lo que hace la app es bloquear los mensajes y llamadas mientras se maneja, y si alguien intenta comunicarse con el conductor, les envía mensajes automáticos informando que va en camino y no puede atenderles. En este caso se puede justificar la pequeñez del copy, pues hay complementos por otros medios; se genera interacción y una experiencia. Pero en los casos de campañas de un solo material, ¿crees justificable la evolución del texto?
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