Las personas están cansadas de que la publicidad social les diga qué hacer. Campañas verdes por aquí, donaciones por el hambre por doquier, y a aquél que no aporta se le mira feo. Pero, ¿qué pasa cuando alguien tiene una nueva propuesta para combatir el hambre o la falta de recursos de una zona? ¿Se le apoya o se le rechaza? Estamos en una época narcisista y si nos enteramos de otro que está en situaciones poco favorables, entonces lo miramos con desdén y lo ayudamos de mala gana. Por esta situación, la agencia Circus de Perú montó una gran campaña para atraer la atención de la gente de una forma poco convencional y, una vez atrapados, les soltaron el verdadero mensaje. Una organización llamada “Techos” se dedica desde hace tiempo en Perú a construir pequeños hogares convencionales para las personas de zonas rurales; quienes construían las casas eran unos cuantos voluntarios que, al ver una pequeña mejora, olvidaban el proyecto. Fue así como esta organización decidió crear a Pandora, una diseñadora que propuso colocar viniles que cubrieran las fachadas de las casas de zonas rurales y otros proyectos más para cubrir la fealdad de la pobreza. Desde luego las opiniones en contra no se hicieron esperar. Por todos los medios posibles las personas expresaron su descontento al pretender acabar con la pobreza de esa manera. Cuando más molesta estaba la audiencia y más a la expectativa estaba por la respuesta que tendría Pandora para los medios, entonces esta señorita se quitó la máscara e invitó a todos a participar en Techos. Siempre ha sido más fácil criticar el trabajo de otros, pero cuando se trata de hacer algo por los demás, la mayoría entonces se desentiende del caso. En esta ocasión, los resultados para Techo fueron positivos, aumentando el número de voluntarios para seguir con la construcción de hogares. De una mala jugada surgieron buenos resultados. Buena estrategia de Techos y Circus Perú.
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