Una de las fórmulas más efectivas para llamar la atención en publicidad es la risa. Muchos creativos se rompen la cabeza buscando situaciones cómicas, agradables para arrancar una risa a la audiencia; buscan una idea original y una ejecución fresca. Pero ¿qué pasa cuando esa idea no es tan graciosa como la pensaron? ¿Es falta de humor de la audiencia o una ejecución forzada? Por ejemplo, el siguiente video tiene una tendencia a la comicidad. La exageración en las expresiones de los personajes, los pequeños accidentes que le ocurren al hombre y a una de las damas son los recursos que los guionistas usan para arrancar risas. Pero, ¿Por qué no es tan gracioso? Quizás sea porque la situación ya se ha utilizado en muchas otras ocasiones. El peligro de esta publicidad es que no impacte y no se recuerde la marca.
En el siguiente caso se mezcla lo cómico con lo indeseable. ¿El resultado? Una mezcla de sentimientos. Si bien el mensaje se comprende, “Nadie debe sufrir con pañales apestosos”, las consecuencias son demasiado evidentes, aunque tengan peluche. En esta ocasión, a marca tiene más presencia en el mensaje.
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Por último, este video es un poco más divertido que los demás. Se usa una situación de moda y se le da un fin inesperado. Quizás aquí si se desprendieron más risas, pero ¿El mensaje? ¿Queda claro?
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=04CR3NZPm_4[/youtube]
¿Qué aprendemos de esto? Quizás la risas sean importantes para llamar la atención, pero se debe manejar con mucho cuidado. El resultado pueden ser risas sin recibir un mensaje o, en el peor de los casos, ni risas ni mensaje.
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