Una comunicación poco auténtica, una falta de estrategia, de objetivos y de visión es lo que da a las marcas una mala imagen. Después, las personas ejercen el mismo juicio de valor a las demás marcas, teniendo poca confianza a lo que éstas puedan ofrecerles. Es por ello que, además de cuidarse de una mal reputación, las marcas necesitan aliados en ese campo de batalla para convencer a otros. La cuestión es que esos aliados no se consiguen fácilmente. Ser una buena marca, atender las necesidades y opiniones del cliente, a precio justo y buena distribución, contar con las personas adecuadas para promover la marca, una promoción adecuada y las otras P’s y C’s que faltan para ser la ideal, pueden ser suficientes para algunos, pero no para todos. Es verdad que no se pueden cumplir a las necesidades de todos, pero justo a quienes sí se les cumple en todo son buenos candidatos a ser brand advocates, esos personajes que defienden la marca y que comunican sus bondades a otras personas. Sin embargo, de esos consumidores o clientes satisfechos, sólo algunos cumplen con las características de personalidad de Brand advocates. Así es, para ello se necesita tener una personalidad que cumpla con la facilidad de comunicación y la facilidad para aficionarse, es decir, tiempo disponible y una identidad qué encontrar. Cuando la ideología de marca encaja perfectamente con la suya, encuentran un sentido de pertenencia y se adhieren a los valores y a la imagen de la marca. Existen varias formas de identificarlos pero, con las redes sociales se facilita la tarea. Ver quiénes comparten en contenido y quienes verdaderamente defienden la marca de los inconformes son los que hablan bien de ella. Es muy importante mantener comunicación e interacción con ellos para enamorarlos más y que sigan ayudando a la comunicación y a la buena imagen de nuestra empresa.
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