La inspiración es como un soplo, como una energía que sale del pecho. Cuando terminamos de ver una película de vaqueros sentimos que deseamos ser vaqueros. ¿Por qué? Porque el ojo del cineasta ha captado, para nosotros, la esencia del mundo vaquero. La esencia humana busca otras esencias para unirse a ellas, dirían los budistas. ¿Qué es una esencia? Lo perdurable de las cosas. El humano quiere ser eterno, perdurar. Al mundo vaquero le es esencial la aventura, gran enemiga del tedio y del aburrimiento. Cuando no tengas ganas de escribir lee un poema de algún escritor maldito, o una página de tu novelista dilecto, pues en tales documentos encontrarás lo esencial de todo redactor: las ganas de traducir el mundo, de hablar de él. Para darte ánimo también puedes imaginar que eres tu escritor preferido, y recordar sus momentos trágicos y hasta bohemios. ¿Qué hacía tu escritor favorito cuando no tenía ganas de escribir? ¿Fumaba? ¿Bebía? ¿Hablaba con su amada? ¿Caminaba? Escribir es un acto de concentración, un ensimismamiento, una acumulación de energías que quieren derramarse sobre una hoja. ¿Lo que hacía tu autor favorito hará que te ensimismes? No todos somos iguales, no todos encontramos nuestra musa bebiendo, o caminando, como Baudelaire. Anota: ¿Has notado que jamás te aburre hablar de temas éticos? ¡Oh Quijote! ¿Has notado que jamás te aburre describir zapatos? ¡Oh Van Gogh! ¿Has notado con qué pasión cuentas tu último viaje? ¡Oh Huxley! ¿Has notado que aunque eres redactor publicitario, tu amor está en la escultura? ¿Has notado cuáles son los rituales con los que te das ganas por la mañana? ¡Oh haragán! ¿Te pusiste tu camiseta preferida? ¿Has notado que con esos pantalones te sientes incómodo? ¿Has notado que por no llevar tu ropa a la lavandería te tienes que poner ropa que no te gusta y que te hace «ruido»? ¿Has notado que la señora que pasa vendiendo tortas siempre te mira con amor? ¡Oh Don Juan! ¿Has notado que el taxista que tienes por vecino es tu héroe, pues todos los días sale a trabajar sin pensar en lo malo de la vida? ¡Anota lo que no has notado y escribe! Imagen cortesía de Fotolia.
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