Cuando un joven ‘copy’ inicia su carrera, por lo general se visualiza elaborando el siguiente eslogan de Coca Cola o redactando el siguiente mensaje de Palacio de Hierro. Estos pensamientos oníricos sirven de impulso, pero lo que no sabe es que también escribirá textos publicitarios que serán sutilmente ignorados. ¿Quién ha leído las leyendas que están en la parte trasera de las bolsas de papitas? ¿Alguien ha leído la explicación de por qué una marca elabora té? ¿Cuál es la razón de ser de aquella marca que vende cobijas en la región? Los redactores seguramente los habrán leído por criticar el trabajo de otros, incluso para encontrar faltas de ortografía que abundan en los envases. Pero, esas leyendas resultan a veces muy valientes al salir impresas en el producto. “Nos apasiona hacer té”, dice alguna marca. ¿Es realmente una pasión esa actividad o es un intento por comunicar entusiasmo a las personas? ¿Le da un valor extra que las personas sepan la ‘pasión’ que sienten los trabajadores al dorar maíz? Quizás ni siquiera lo leen. Si eres Copy y estás leyendo esto o conoces a alguien que lo sea, pásale el tip: esos espacios pueden ser mejor explotados. Una sopa de letras para los niños no es suficiente. ¿Por qué no probar otro tipo de mensajes, otras herramientas y crear una verdadera interacción que le dé un valor a la marca? Piénsalo, en una buena oportunidad. Imagen cortesía de Fotolia.
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