El cerebro, para crear, hace contorsiones; el cerebro, para actuar, necesita un escenario; el cerebro, para expresarse, necesita palabras; el cerebro, para ordenar, necesita estanterías. Muchos creen que ser creativos es ser gentes relajadas, pero tal creencia es un mito. La gente creativa, parece, es la más nerviosa, la que más se angustia, la que más se preocupa, la que más se ocupa. ¿Qué pasa cuando deseamos bailar danza sin tener flexibilidad? Pues nos quebramos la pierna o el brazo. ¿Qué pasa cuando un creativo inflexible, de los que afirman que sólo la creatividad es benéfica para las marcas, quiere hacer danzar su cabeza? Pues rompe algo en el cuerpo de la mercadotecnia. La creatividad sin estrategia deja en ridículo, a veces, a la distribución. Nos hablan de ecología, pero el camión que transporta el té ecológico va contaminando toda la ciudad. Otro mito: salirse de la caja es de creativos. ¿Qué es salirse de la caja? Es salirse de la casa, o salirte de los límites. ¿Qué dicen los asesores de tesis cuando no tenemos límites espaciales y temporales? Dicen que nuestra tesis, más que tesis, pretende ser un libro de historia, y que tal libro es una imposibilidad para nuestras capacidades. Bien, pues lo mismo pasa con las ideas que no tienen límites. Hay ideas grandes que hacen que las marcan chicas luzcan como perros chicos con nombres descomunales (mi chihuahua marica se llama Poseidón), y viceversa (mi novio, del equipo de americano, mide dos metros con quince y se llama Pitirrín). Muchos creativos dicen que primero hay que mojar el papel con lluvia de ideas y que luego hay que dejarlo secar. Ciertamente no es muy inteligente construir una Iglesia de 30 kilómetros de altitud para luego destruirle lo que le sobra. No es de físicos brillantes generar ideas sobre todas las cosas para luego borrarlas. El creativo real antes es inteligente que creativo. ¿Existen creativos que no son inteligentes? ¿Sí? Pensamos que un creativo que no es inteligente es como el amante del fútbol que no juega fútbol. Otro mito: ver mucho cine y televisión nos hace creativos. Ver una pantalla nos dará, ciertamente, datos, mas no ideas. Hacer de una escena de película un spot, más que una idea es un plagio. Definamos: idea: noción, objeto del entendimiento (amor); definición: acotamiento de la idea (amor a la madre); concepto: expresión ordenada de la idea (amar a la madre es confiar en sus preceptos). El cine, como la televisión, son medios llenos de hiatos (amores de todos los tipos), y sépase que los contenidos con hiatos no forjan un pensamiento sólido. Los que busquen la laxitud y no la solidez hagan lo que les venga en gana, claro. No nos creemos que Hawking aprendió física viendo vídeos de físicos. Já. ¿Dónde colocaremos nuestras ideas? En una imagen, y por tal debemos saber de arte, de plástica ¿Cómo ordenaremos nuestras definiciones? Echando mano de las letras, y por tal debemos saber de literatura (un poco, al menos). Muchos creativos afirman que las letras clásicas y que el gran arte son cosas que ya no explican la modernidad, y es verdad. La prensa es la que explica la modernidad, mientras que el arte es lo que explica lo universal. El creativo, seamos honestos, es quien transforma cosas universales, plurales, en cosas singulares, y no quien crea monstruos que sólo serán comprensibles en tal y cual lugar y durante determinado tiempo. Imagen cortesía de Fotolia.
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