Bien sabemos que las redes sociales son factores clave en los planes de publicidad de las empresas, y que gracias a ellas, la publicidad se ha vuelto más inmediata, segmentada y permisible para todo tipo de negocios y marcas. La gran ola de publicidad que vemos en estos medios, nos ha permitido mantener una constante con la cual, podemos definir los aciertos y desaciertos en la publicidad vía web. La opción de apostar por éste tipo de publicidad, permite a las marcas desarrollarse de modo virtual, dejando a un lado la inversión en otros aspectos o estrategias a largo plazo, como en los medios tradicionales o incluso en estrategias de relaciones públicas. Existen dos tipos de empresas, las que no confían en las redes sociales y está bien sólo tener una cuenta conocida en Facebook “para clientes” y otras que abusan tanto del presupuesto como de los contenidos que pueden utilizar en estas plataformas. Esto sólo nos arroja como dato una falla en el interés por generar una relación verdadera y de mayor engagement con el cliente. Si bien es cierto que las redes sociales no son una aguja penetrante en la sociedad que cualquiera puede operar solo dando clic a un botón, no podemos dejar de lado su conversión a la segunda potencia informativa, el medio más absorbente y convincente para muchos. Sin embargo, para que la marca salte a un verdadero engagement, debe haber una intención concreta, cuantificable, medible y predeterminada. La participación constante de la marca en la promoción por medios digitales, es necesaria. Según un estudio del Centro de Marketing Digital, el 27.94% de las personas opina que la publicidad de una marca es efectiva sólo como presencia de la misma, que no sienten una verdadera “reciprocidad”. Este es el llamado “factor branding” resultado que nos orilla a cambiar la estrategia predilecta de cientos de marcas, no es imprescindible sólo estar respondiendo tweets alusivos a la marca, o crear eventos en donde los invitemos a seguir consumiéndonos. Una marca no puede vivir sólo de fotos, contactos y perfiles en las principales redes sociales, la estrategia debe canalizarse hacia una verdadera experiencia de compra, en donde se siga tratando al usuario como lo más importante, independientemente de nuestra planeación en Social Media. Por otro lado, estamos frente a un cambio tecnológico inminente, y es que hasta las preferencias en el uso de estas redes experimentan un proceso diferente, su público cautivo (jóvenes entre 18 y 28 años) prefiere el uso de mensajería instantánea, en donde no gozan de los mismos impactos en publicidad, incluso ya existe la opción de silenciar personas en twitter y no precisamente restándolos de los followers. Esto genera una barrera entre las marcas que sólo buscan convertir estos medios en herramienta clave para la captación de un determinado público. Antes de hablar de una fidelización de marca o implementación de nuevas y caras estrategias en la web, se debe establecer el tono de comunicación que se le va a dar al público, ya que el engagement no precisamente nos asegura la lealtad de un cliente hacia la marca. Los perfiles en redes sociales deben estar a la altura del prestigio de la empresa que representan. Planear es siempre mejor que improvisar. Todo lo anterior constatará la nueva forma de canalizar la publicidad hacia el Social Media, siempre será necesaria una base firme de la empresa que transmita su interés por estas vías y que, ante todo, conecte la vocación útil y de servicio con su público y cliente final. Imagen cortesía de Fotolia
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