No sé si alguien haya dicho esto y si no, lo digo yo.
«No hay peor ignorante que aquel que piensa que lo sabe todo» y agrego como opuesto, la frase maravillosa de Sócrates que dice «yo sólo sé que no sé nada».
Lo que intento decir es que si hay algo que como creativos y como personas nunca debemos perder de vista, es la humildad y las ganas de seguir aprendiendo. Todos los días.
El día que pensamos que lo sabemos todo, que todos son unos pendejos y que nadie nos va a enseñar nada, ese día nos fuimos al carajo.
Y puede sonar exagerado que alguien piense así, pero en realidad son muchos los casos que me he topado de creativos que creen que ya son Marcelo Serpa. Y les puedo apostar que el propio Marcelo quiere aprender todos los días.
En la medida que estemos dispuestos a aprender, será la medida en que nos hagamos mejores profesionales (no creativos). He escuchado de muchos creativos que “con ser creativos basta” y no pueden estar más equivocados. Ser creativo es lo mínimo indispensable necesario para estar en este oficio. Pero aprender de todo, es lo que nos completa. Hay que aprender de los buenos jefes, de los malos jefes, de las buenas juntas y de las malas juntas, de las buenas experiencias y de las malas. Yo he tenido varias experiencias laborales inmundas de las que afortunadamente, aprendí muchísimo. El punto es ver cada día con humildad. Una virtud que muchos creativos, desgraciadamente no tienen.
¿Ganaste un premio? ¡Qué chingón! Hay alguien que ganó 2. ¿Te entrevistaron? ¡Qué padre! Hay alguien al que ya entrevistaron 2 veces. ¿te subieron el sueldo? Pocamadre. Hay alguien que gana el doble que tú. Y con esto no digo que haya que estar siempre en la carrera de la rata de “a ver quién tiene más”, no. Lo que digo es que si somos humildes y aprendemos nuestro lugar en el universo, aprenderemos todos los días y todos los días seremos mejores personas. Sabiendo, claro, que siempre, siempre habrá alguien más chingón que nosotros.
Imagen cortesía de Fotolia
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