En el camino que lleva a la publicidad muchas veces nos preguntamos si de verdad vale la pena seguirlo, ponemos en duda nuestro esfuerzo porque son muchos los sacrificios que hacemos por razones que la gente allegada a nosotros no conoce, por ello vale la pena enumerar aquello que nosotros perdemos de enfoque.
- Los publicistas somos los raros de la sociedad, realmente nos diferenciamos por el valor que agregamos a una sociedad sistematizada, la cual se desarrolla en una rutina social llena de estructuras a las cuales el ser humano se adapta, nosotros tenemos la responsabilidad y fortuna de aportar “Ideas for life”.
- Por más que lo quieras negar, es una de las profesiones con la que cada día te encuentras con una interrogante diferente, porque a pesar de que los procesos creativos llevan una estructura, el resultado nunca será el mismo y por eso podemos asegurar que “Me encanta!”.
- Nadie entiende de todo el trabajo que hacemos (y podemos incluir a nuestra familia), los cuales piensan que hacemos dibujitos, tomamos notas, ponemos una foto del producto, realmente no es una profesión que pueda ser definida como tantas otras, lo que nos vuelve cómplices a quienes trabajamos juntos, generamos un verdadero lazo de hermandad de complicidad de todo lo que tenemos que pasar en las agencias que vuelve como una promesa sin palabras estilo “What happens here, stays here”.
- Somos los encargados de generar reacciones sentimentales en los clientes, a diferencia de otros oficios en los cuales solo pagan por un producto y/o servicio, en la publicidad buscamos despertar una acción que penetre en lo más recóndito de las personas, en su mente, en lo que realmente sienten, debemos encontrar la fórmula con que se “Destapa la felicidad”.
- El mundo publicitario te permite conocer tus límites, esos que te llevan desde escasas horas de sueño que pasan por interminables lluvias de ideas, alimentos basados en máquinas dispensadoras con interminables litros de café, realmente, se resume en muchas horas de frustración que bien nos muestran que en la publicidad, el esfuerzo y entrega van acompañados de un corazón que “Dura, dura y dura”.
- La publicidad tiene la capacidad de enamorarnos al igual que a nuestros clientes, esa es una de las cualidades que más debemos valorar, ya que nos lleva de la mano a cada paso de ese enamoramiento, permitiéndonos entregar lo mejor de nosotros hacia el trabajo diariamente, sintiendo que el trabajo no es una carga que nos hace más pesados los días sino al contrario pareciera la publicidad “me da alas”.
- Encontramos que los límites naturales no existen, que los esquemas de evolución, la temporalidad, todo esto pierde su orden cuando hablamos de la publicidad y su capacidad de comunicar, ya que logramos romper con todos los esquemas, creamos mundos enteros, nuevas especies nacen, el tiempo es verdaderamente relativo y lo mejor de todo es que podemos materializarlo, simplemente con la publicidad “Impossible is nothing”.
- Realmente el trabajar en este medio logra que como persona puedas enamorarte de la labor que se realiza diariamente, es apasionante la forma en como creas ideas desde un punto nulo, ya que al igual que otras profesiones trabajamos con los signos vitales, tenemos en nuestras manos la vida de productos, servicios, marcas, las cuales merecen toda nuestra atención y entrega, debemos hacer que éstas sean recibidas de la mejor manera ante nuestros consumidores, creamos un lazo de afinidad con las marcas, que nos permite hacer las cosas “Con el cariño de siempre”.
- Nos exige lo mejor de nosotros, en este medio no hay tiempo para dudarlo, simplemente lo intentas y te eleva la adrenalina desde que comienza tu día hasta que este termina (al otro día por la mañana), realmente nos permite intentar una y otra vez, aquí no hay ideas equivocadas, simplemente no enamoran tanto como se esperan por lo que podemos proponer sin miedo, en la publicidad tienes que actuar a todo momento activamente, ya que las mejores ideas nos llegan en los momentos menos pensados, así que “Just do it”.
- Aquí es el punto donde nos damos cuenta que la publicidad no es una profesión sencilla, que verdaderamente exige mucho de nosotros, hay que sacrificar momentos que quisiéramos vivir a cambio de quedarse a formar una estrategia, por ello no cualquiera puede formar parte de este mundo, eso es lo que hace que valga la pena, porque depende solamente de ti el trabajar con esa inspiración todos los días, porque la publicidad nos da mucho más de lo que imaginamos, cada uno decide qué tanto lo quiere en verdad, es cuestión de actitud, así que si hoy te levantaste sin ganas de hacerlo, activa tu mente y “Think different”.
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