Los colores no se manifiestan de manera aleatoria en el mundo. Su existencia, su modo de uso y su frecuencia, tienen una razón de ser, necesaria para entender algunas cuestiones, sobre todo, con respecto al comportamiento de una persona o un grupo de personas.
Los colores son percepciones visuales generadas en la mente humana –y la de algunos otros animales–. Así como los colores son percibidos por la mente, también sirven para que su uso logre hacer percibir de alguna manera en específico a la gente.
Los colores son tan trascendentes, que los vemos manifestados, en primera instancia en las banderas nacionales. Banderas que tienen como objetivo no sólo diferenciar entre un territorio y otro, sino generar una identidad. Identidad, que muy difícilmente podría ser forjada si es que la mente no tuviera la capacidad para percibir colores.
Ejemplificando de otra manera, las tribus urbanas son un buen parámetro para medir la importancia de los colores. Si una tribu urbana se ve igual que otra, seguramente no estará cumpliendo con su objetivo de diferenciación del resto. Por eso, cada una adopta distintos tipos de colores, para generar su identidad. Un gótico, con sus colores oscuros y sombríos, contrastará con un hippie y sus colores psicodélicos. Ambos, a su vez, serán diferentes a la combinación de negros con pasteles del hardcore-punk.
Los colores tienen una belleza muy particular en la que no se necesita expresión más allá de su misma exposición para entender que algo están dando a entender. Al observarlos, se podrán observar características propias de una persona.
Las personas habitantes de lugares cálidos, con mar, con playas; seguramente serán más alegres a la hora de elegir sus colores para vestir. Los colores primarios son buenas opciones para este tipo de gente. Colores diferentes, en comparación a los que utilizarían personas que vivan en lugares desérticos, las cuales optarán mayoritariamente por sepias. O en comparación con la gente de las grandes ciudades del centro que, por su estilo de vida, preferirá colores más oscuros, -las diferentes tonalidades del gris, por ejemplo.
Imagen cortesía de iStock
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