Aún recuerdo correr a la tienda de la esquina, colocar una moneda en aquella televisión montada en una gigantesca caja de madera y jugar a que era Ryu y comenzar una batalla infinita alrededor del mundo en contra de mis enemigos. Para alguien que ha tenido en sus manos un Atari 2600, y hoy en día cuenta con un PS4 y un Xbox One, los videojuegos han sido parte importante en mi vida. Al igual que los cómics son, en gran medida, culpables de que haya entrado en este mundo del diseño, la publicidad y la ilustración, los videojuegos han venido ha ser un elemento indispensable en mi construcción audiovisual y estética. Estos no sólo han hecho crecer aspectos de índole tecnológica en nuestra vidas, han venido a empujar de manera significativa a la Internet para ofrecer conexiones de alta velocidad, con tal de que podamos comunicarnos y jugar en línea sin problemas. También han logrado que nuestros estándares de sonido e imagen hayan mejorado de forma considerable. Han redefinido en más de una forma el entretenimiento. También nos han enseñado cómo contar historias con un elemento único involucrado en ellas: nosotros (y un control remoto). Los videojuegos han venido a revolucionar la forma en cómo vivimos una historia, nos han hecho participes e involucrado en ella, han sido pioneros en lograr una relación muy cercana entre historia, espectador y las decisiones que tomamos, cómo queremos recorrerla, vivirla y lograr una interacción mucho más rica. Es por ello que presento, dentro de mi manía de hacer listas, los cinco videojuegos que han revolucionado la forma en cómo jugamos, contamos e interactuamos con una historia, y han aportado algo mucho más que mejores gráficas al medio. Braid (2008) Con un juego sólido, como hacía años no experimentaba, Braid es pionero, original y no responde a todas las preguntas que plantea, eso lo hace aún más genial. La historia y la mecánica van de la mano durante toda la aventura, los acertijos que plantea son increíbles y la satisfacción visceral que produce descifrarlos termina, junto a la historia que plantea, en algo profundamente inquietante. Portal 2 (2011) Esta brillante secuela tomó lo mejor del primer juego y lo extrapoló a situaciones que jamás hubiéramos imaginado. Con un juego cooperativo impecable, y una historia principal maravillosa, Portal 2 vino a redefinir y desdoblar nuestra forma de jugar y de pensar tanto en espacio como en aspectos de física y tiempo. Half life 2 (2004) El juego meta por excelencia, El first person shooter. Un futuro distópico en donde los últimos seres humanos son esclavizados por alienígenas imparables, Half life 2 hace que la propia mecánica del juego te haga partícipe en primera persona de su historia. Un clásico cuya emoción iguala a las mejores películas de acción y demuestra la innovación notable que este medio es capaz de ofrecer. The Legend of Zelda: The Ocarina of Time (1998) Montar libre sobre Hyrule Field, descubrir un mundo vibrante y su tradición, ver a la princesa Zelda con una personalidad por primera vez. Comienzas el juego como niño y terminas como un adulto, habiendo recorrido y combatido con criaturas tan diferentes como originales, resolviendo acertijos en un mundo para el cual no había precedentes. Una verdadera obra maestra del medio. Last of us (2014) Cada uno de los aspectos de este juego: combate, creación de objetos, actuación, historia, diseño de sonido, diseño de arte y gráficos es impecable; sin embargo, fue su historia y sus personajes lo que realmente me marcó. La relación entre la historia, la inmersión en la misma por parte de la persona que tiene el control en sus manos, el miedo, la angustia, la ansiedad y preocupación por sus protagonistas, formó un núcleo emocional que me dejó lágrimas al fin de la historia. Pocos juego se merecen una ovación de pie, este, es uno de ellos. Estos cinco juegos representan lo mejor de la industria y la gran aportación que han hecho en todos los sentidos a este maravilloso mundo de los videojuegos, que con cada nueva generación de consolas, pareciera renacer.
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