Allá donde nuestros ojos no pueden ver, pero vaya que nuestro corazón puede sentir, se encuentran mundos fantásticos como incluso ni tu mente podría imaginar. En las puertas de Gondor, sobre el regazo de Fújur o en los ojos verdes de Harry, existen historias fascinantes que pueden capturarte en un abrir y cerrar de ojos. Creo que todo el mundo debería leer, porque nos estamos limitando a un lugar llamado tierra, cuando en los libros hay un millón de planetas de diferentes tamaños y colores, que si bien no puedo prometerte sean mejores, puedo darte mi palabra que son diferentes. Y eso es lo que hace tan interesante este arte. Si en algún momento de tu vida le has abierto la puerta a la lectura, quizá comprendas de lo que hablo. Tal vez también tengas un libro que te marcó, como yo tengo el mío. Mi mundo tomó otra perspectiva cuando aprendí a leer con “El Principito”. Ese momento marcó el inicio de una etapa de la que quizá aún no he salido. Los libros me abrieron los ojos a un lugar que me apetecía mucho más que el que veía por mi ventana. Creo que las raíces de mi insomnio, recaen en esa época. Cuando las luces se apagaban y no había ningún ruido a mi alrededor, me gustaba cerrar mis ojos e imaginarme lugares y situaciones que nunca había presenciado. Esa es la razón por la que siempre recomiendo, que si alguien debe leer principalmente, son los niños. Muchas veces, el hecho de que los padres no lean, hace que no inculquen este bonito hábito sin saber el daño que pueden hacerles. La lectura es como una semilla que siembras en ellos desde pequeños, que si es regada regularmente, dará frutos extraordinarios cuando crezca. Yo fui una niña que tuve la fortuna de ser bendecida con este pasatiempo que me enseñó, que podía llegar a ser todas esas cosas que leía tras las páginas. Me demostró, que no debo tener miedo, ya que por más que las cosas se compliquen, siempre toman su lugar. Con el tiempo descubrí, que la muerte no es el final sino un cambio hermoso por el que todos deberemos pasar. Dejé de verla como un final desastroso y pasé a sentirla como algo natural, como parte de mí. A través de los años, los villanos pasaron a ser personas que también sienten y que tienen un pasado que las hizo estar en donde hoy se encuentran. La lectura me hizo comprender que la vida no se divide en blanco y negro, sino que hay mil matices diferentes entre estos extremos, que con el tiempo llegaremos a descubrir. Por esta razón, siempre he pensado que una persona que lee, es alguien que no ha dejado morir al niño que lleva dentro. Porque, por más que pasen los años y a pesar de que no seamos más esos pequeños que devoraban los libros bajo la sábana, seguimos alimentando día con día a través de la lectura, esa mente creativa e inquieta que nos caracterizaba de niños. Y ahora me dirijo a ti, que pocas veces has tocado un libro por gusto pero sí por obligación: aún estás a tiempo. En esta actividad no existe edad ni tiempo, sólo ganas de querer saber más y más. Lee lo que quieras: ficción, romance desgarrador, cuentos cortos, drama corta venas, comedia o terror. Realmente no importa. Pero ábrele las puertas a este pasatiempo; no dejes pasar un día más. No seré la primera ni la última que te lo recomiende, pero sí seré alguien que se alegrará de saber que seguiste mi consejo. Carlos Ruiz Zafón una vez dijo en “La Sombra del Viento”: «Los libros son espejos: sólo se ve en ellos lo que uno ya lleva dentro.» Me gusta saber esto, porque me hace pensar, que tanto tú como yo, podemos vivir dentro de esas palabras plasmadas en hojas de papel. Si logras sentir a través de la piel de los personajes que ahí habitan, si llegas a percibir lo que ellos pasan, si te duele si ellos sufren o amas con tanta pasión como ellos lo hacen, felicidades. Has logrado algo que pocos tenemos la fortuna de sentir. Esa es la razón por la que todo el mundo debería leer, porque puedes convertirte en lo que quieras ser o quizá como dijo Zafón, tal vez sólo somos nosotros mismos en la eterna búsqueda de encontrarnos. Quizá siempre vivimos ahí; sólo date la oportunidad de reencontrarte con tu yo interior. Si logras hacerlo, por favor házmelo saber. Sabré que hice una obra buena en mi vida y que sumé un integrante más a ese mundo fantástico e impredecible, llamado literatura. Buen viaje compañero.
Autor Laura López Trujillo
“Aún no sé cuál es mi misión en este mundo y espero no saberla pronto, mientras tanto soy estudiante de Publicidad en la ciudad de Puebla y me encanta leer cualquier cosa que se me ponga enfrente. Escribo en mis ratos libres, soy extremadamente observadora y amante de las series de televisión”.
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