Hoy vamos por una excusa, que es más bien un miedo, pero se manifiesta en forma de excusa: «No tengo el suficiente conocimiento o talento»
Es normal pensar que eres un fraude. A mí me pasa. Me pasa incluso ahora, que pienso: qué haré yo contándoles esto… Primero: por poco que sepas, siempre sabes más de algo que alguien. Sólo tienes que encontrar a las personas que quieran saber eso que tú sabes, para que puedan aprender de ti. Ya sé que parece tonto pero no lo es. No señor. Los profesores de universidad saben sobre su asignatura, más que cualquiera de sus alumnos, pero no necesariamente saben del resto de cosas de la carrera. Y quizás un día haya un alumno que por lo que sea sabe más que ellos. No es que ellos estén haciendo un mal trabajo, siempre que sean buenos profesores, es que ese alumno no está en la clase adecuada para su nivel. Por tanto, la clave es buscar a los alumnos adecuados al nivel que tú puedes aportar. Habrá gente a la que un tutorial de ganchillo les parecerá innecesario y totalmente pasado y otras lo verán como una fuente de conocimiento maravillosa. No subestimes lo que sabes, no tiene sentido. Y no se trata de enseñar sino del talento y de aprender, si estás ahí por ejemplo queriendo hacer pasteles y sabes hacer unas donas buenísimas que podrían venderse, pero te quedes atascad@ pensando que deberías saber hacer cream brule porque piensas que no eres lo suficientemente buen@ reposter@, y te agobias porque no puedes ir a un curso de repostería y al final no haces ni donas ni cream brule, y ya dirás, estás perdiendo tiempo -y dinero!- Y si realmente no sabes algo y quieres aprender o convertirte en una expert@, eso es lo más fácil de solucionar del mundo. Tan sencillo como por ejemplo: apuntarte a clases, leer libros sobre el tema, investigar por internet todos los días, buscar a alguien que esté haciendo algo que te interese y ofrecerte voluntariamente para aprender, hacer entrevistas o platicar con gente que sepa más que tú, colarte en las clases de la universidad. Hay mil opciones muy baratas, no hace falta que pagues mucho dinero. Las vías no tan convencionales suelen funcionar, úsalas. Piensa: ¿qué necesito aprender para sentirme más segur@? Y busca la forma de aprenderlo. Nadie nace sabio, pero tenemos millones de oportunidades para aprender a nuestro alcance. Que no te limite pensar que no sabes lo suficiente. Somos list@s, !algo así no puede detenernos! Cosas que puedes probar:
1. Siéntate un momento alejad@ de tu computadora, ve por la ventana, que te toque el aire. Relájate, respira hondo cinco veces. Hondo. 2. Piensa en algo que sepas hacer, un tema sobre el que hayas aprendido. Cualquier cosa sirve. Hasta lo más sencillo. Sé hacer mermelada de fresa riquísima. Sé tocar algunos acordes de piano. Sé combinar la ropa. Sé explicarte por qué los egipcios momificaban y por qué les gustaban los gatos. 3. Piensa en alguien a quien le podría interesar saber esto. NO asumas que todo el mundo lo sabe, NO es verdad. Si no conoces a nadie específico da igual. Mejor aún. 4. Ahora vas a compartirlo. De la mejor forma que sepas. De la forma que creas que alguien que no lo ha hecho, nunca va a aprenderlo mejor. Que tienes que hacer un video, lo haces. Que tienes que hacer fotos, ya sabes. Un tutorial, paso a paso. Sin vergüenza. Simplemente puedes escribirlo. Si no tienes blog, no es excusa. Abre el Facebook y dale a crear una nota, escríbelo ahí, o sube las fotos del tutorial y la explicación del paso a paso. 5. Compártelo con el mundo. Ponle un título atrayente, y ya está. Déjalo ahí. No estamos esperando nada a cambio, no estamos esperando cien comentarios de agradecimiento, ni siquiera un triste me gusta. NADA. Hemos hecho algo por el placer de compartirlo, por la diversión de hacerlo, porque somos generos@s. 6. Comprueba qué bien se siente dar sin esperar nada, y comprueba que sí sabes muchas de cosas y que las puedes hacer muy bien. Seguro que cuando estabas en el número dos se te han ocurrido muchas más. No eres poco talentos@ y no sabes poco. El poco o el mucho solo funcionan dentro de una comparación, si no, pierden todo su valor. ¿Cuánto necesitas saber? ¿Cuánto talento necesitas tener? ¿No será que te preocupan las reacciones de la gente? -El que dirán-
AUTOR
Berenice Torres
Diseñador Gráfico que la vida ha llevado hacia la investigación y entendimiento del mercado y consumidor, actualmente cursa una maestría en Alta dirección en Publicidad y Comunicación. Colabora en diversos proyectos de emprendimiento a la medida, dispuesta a seguir aprendiendo y compartir lo aprendido para ayudar a dar valor visual y de comunicación, entre su desarrollo ha trabajado en varias empresas y agencias de Branding y publicidad como Ogilvy & Mather, Becton Dickinson de México y American Express.
Imagen cortesía de iStock
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