Es importante abrir nuestro panorama como diseñadores creativos y desarrollarnos con la perspectiva de un emprendedor. No solo es abrir paso al talento o a la creatividad sino a la acción. Para esto pienso que debemos tomar en cuenta tres aspectos que pueden dirigir esta visión: Empecemos con el perfil. Para emprender primero es necesario tener un plan y definir una marca. Debemos transmitir y estar conscientes de nuestro objetivo. Esa marca que desarrollemos es nuestra identidad, justo para diferenciarnos de los demás, y evidentemente apunta al área en la que nos especializamos. Esa identidad debe hablar de ciertas habilidades, debe describir la personalidad con la que nos sentimos identificados y es básicamente la que proyectamos para dirigir el siguiente punto… Las fortalezas. Debemos revisar la escencia del concepto que queremos emprender, percibir y tomar en cuenta las destrezas o aptitudes que hemos adquirido. Recordemos que enfocar nuestras fortalezas también es tomar en cuenta nuestras debilidades, se puede decir que es una manera de evaluar nuestro proceso de trabajo, nuestra interacción con el cliente, con el medio, con el público, con ciertos materiales o con el software. Por supuesto, en las fortalezas siempre debe sobresalir nuestro nivel de profesionalismo, entrega y compromiso. Veamos, quizá la fortaleza más importante que podemos tener como creativos, es sabernos comunicar para conectar las ideas y los proyectos con su respectiva audiencia… sin embargo, también necesitamos empatizar (para conectar) y esa es otra fortaleza importante. De nada nos sirve comunicarnos eficazmente, diseñar bien o ser muy creativos, si no estamos atentos al feedback o a las reacciones del target. En las necesidades de los individuos o en su reacción, es donde surgen nuevas posibilidades de diseño y nuevas fortalezas. Estas líneas anteriores, me llevan al tercer punto: agregar valor. Si buscamos definirlo, agregar valor es poner en marcha la estrategia que da dirección a nuestros proyectos, esto es, incorporarnos hacia nuevas tecnologías, estar al tanto de los movimientos culturales y sociales que nos rodean, tener dinamísmo, entusiasmo, etc., en otras palabras dar ese “algo” que otros no. Ojo aquí, el emprendimiento debe estar atento a la fugacidad con la que se presenta la innovación, no todos resuelven necesidades preconcebidas sino que las crean… solo, hazlo a tu manera. La idea de emprender un proyecto, conlleva un mar de trabajo y significa que uno se apropie de cierto bagaje y experiencia poniéndolo en práctica, pero aquí lo más importante es la calidad, la paciencia de intentar y fallar mostrando la disposición de servir. Si adoptamos esta visión no de “hacedores” sino de estrategas gráficos, habrémos revalorado nuestra profesión y la habrémos dado un un nuevo diálogo.
Autor
Erika Valenzuela
Originaria del DF pero radicada en Ciudad Juárez, es diseñadora gráfica, en el 2008 comienza la maestría en Diseño Holístico donde se adentra a investigar, publicando sobre temas como tecnología, diseño y entorno social. Dede entonces continúa escribiendo, emprende proyectos de diseño y ha dado conferencias. Este año ha publicado en la revista Código en sus versiones impresa y electrónica, es colaboradora también del blog GraphicLust y es editora en FOROALFA. @dgraphicstyle.
Imagen cortesía de iStock
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