La crisis de la mediana edad, conocida también como “crisis de los 40”, es una situación que surge de la sensación de estar envejeciendo y comparar las metas logradas con las propuestas. Mientras que esta situación, por la cual no todas las personas pasan, solía ocurrir alrededor de los 40 años ahora está llegando anticipadamente, por el ritmo acelerado de vida, mayores exigencias económicas y profesionales que hoy tenemos. ¿Cómo identificar la crisis de la mediana edad? Quienes pasan por esta situación experimentan, dos o más de estos signos:
- Sensación de insatisfacción generalizada con la vida actual.
- Incertidumbre y dificultad para planear el futuro.
- Preocupación por la apariencia física, debida al temor a envejecer.
- Necesidad de llamar la atención, de ser popular en círculos sociales.
- Búsqueda de situaciones novedosas, arriesgadas o juveniles.
- Ruptura con personas, creencias, actividades y estilos de vida.
¿Por qué la crisis de la mediana edad ahora llega antes? Para 2015, los miembros de la ‘generación X’ (nacidos entre 1971 y 1980) son quienes están en edad de pasar por esta situación emocional. En general, son personas que pasaron de la sencillez de los juegos en la calle con el grupo de amigos a la tecnología interactiva y 3D. Fueron los testigos de honor en la transición de lo analógico a lo digital, por lo que les resulta igual de fácil usar un teléfono de disco o hacer una videoconferencia satelital. Es el grupo humano que vivió en su infancia un sentido de estabilidad en cuanto a lo que significaban familia, trabajo, futuro y que parecía tener todo servido para saber cómo funcionaba el mundo, sin embargo, también es la generación que ha vivido más intensamente aquello de: “justo cuando sabía todas las respuestas me cambiaron las preguntas”. Es la generación que no quiere envejecer y por ello se la juega en los gimnasios y en los quirófanos, comprando juventud adicional, porque si hay alguien que sepa que todo cambia rápida e inesperadamente y ha visto muchas veces que lo que parece viejo es rápidamente reemplazado por algo nuevo, aunque no necesariamente mejor, son los hombres y mujeres que hoy están entre los 35 y 50 años. Quizá algunos hayan visto a sus padres salir jubilados tras 20 o 30 años dentro de la misma empresa y saben bien que su propia historia será diferente, porque la fidelidad a un puesto de trabajo ya no asegura estabilidad ni una futura pensión. Han conocido masivamente una nueva cultura laboral, que representa cambiar periódicamente de empleo y estarse reinventando como profesionista constantemente. Los ‘Millennials’, la siguiente generación, están tomando su lugar en el campo laboral, siendo líderes y empresarios (incluso multimillonarios), antes de los 30 años. ¿No están las cosas para tener una crisis? Tal vez, sí, tal vez no. Depende de cómo se tome el hecho que, una vez más, están cambiando las reglas del juego. Ya no es suficiente tener una carrera, una maestría, casarse, tener hijos, abrir una cuenta en Facebook, otra en Twitter y lucir muy profesional en LinkedIn, hablar dos idiomas y tener amplia experiencia en empresas multinacionales. Aplicarse botox y teñirse el cabello ayuda, pero no resuelve. La pregunta es: ¿cómo pudo suceder que cumplí 35 años y no tengo la “vida perfecta”? Ahí empieza la crisis de autoestima y sentido de la existencia, es cuando la cuestión de dejar huella se intensifica y se perciben menos oportunidades de alcanzar las metas propuestas a los 21. ¿Cómo afrontar esta etapa de la vida? La parte interesante de evaluar a los 35 años lo que somos, hacemos y tenemos es comprender que hay un mundo de opciones por delante: según las expectativas de vida actuales, tenemos algo así como media vida para vivir (por lo menos). Si entendemos el cambio como oportunidad y no como una causa de frustración y enojo, nos daremos cuenta que estamos en la época histórica que mayores alternativas de desarrollo humano ofrece a jóvenes y adultos. Depende de cada quien escoger cómo experimentar su transición a la madurez. Habrá quienes intentarán resolver su crisis abandonando todo para probar suerte en nuevos ambientes, otros harán un retiro espiritual para encontrar respuestas, algunos apostarán a estar a la vanguardia en moda y con los gadgets más costosos y sofisticados. Unos cuantos aceptarán que algunas cosas en la vida no suceden siempre como se planean, y valorarán lo que han logrado, seguirán estudiando y aprendiendo, trabajarán en innovar en su empleo o negocio, colocarán más atención en las personas que les rodean y se darán cuenta que la vida no es una competencia de velocidad sino un ejercicio de estrategia, que se resume en cinco cosas esenciales:
- Cuidar la salud física, mental, emocional y espiritual, sin exagerar y admitiendo los cambios naturales.
- Tener una actividad laboral que cause satisfacción intelectual y emocional.
- Crear una fuente de ingresos relacionada con el punto 2.
- Tejer una red social donde familia, amigos, compañeros y socios contribuyan a los puntos 1, 2 y 3.
- De hecho, el punto 5 es el más importante y el más complejo porque engloba todo lo que tiene que ver con disfrutar de manera sana y equilibrada las relaciones, los recursos y las oportunidades que tenemos al alcance. También significa tomar los aspectos de la vida que no podemos cambiar y encontrar el modo de adaptarnos, sin crear un caos para quienes nos rodean y para nosotros mismos. Si logramos hacer bien esto, de manera natural el círculo virtuoso nos llevará de vuelta al punto 1 y el ciclo continuará. Esto aplica a los 15, 35, 50, 65 años y más.
Y tú ¿cómo estás viviendo o planeas vivir tu etapa de la mediana edad? AUTOR Zeida Marcela Suárez F. Apasionada de los temas de desarrollo humano, psicóloga, trainer y speaker, dedicada a ayudar a otros a descubrir y cumplir su misión vital. La música, los libros y los atardeceres son los cómplices perfectos en mi viaje por este mundo lleno de secretos invisibles para los ojos y visibles para el espíritu. Las palabras son mi don y la escritura mi destino. @Zeida_Suarez Imagen cortesía de iStock
Comentarios