He vuelto a casa por navidad, como el protagonista del anuncio de turrones El Almendro y entre eventos familiares aprovecho para hacer zapping y ver los anuncios en la pantalla de plasma. Aparte de confirmar mis sospechas de que hemos cortado el cable de las páginas web donde ver el último capítulo de nuestra serie favorita porque las grandes como Movistar o Vodafone han invertido en nuevos canales on-line de televisión que van incluidos en el paquete línea fija (¿quién quiere un teléfono fijo cuando la vida es móvil?), internet y smartphone con paquete de datos velocidad 4G.
El fin que estaba viendo los anuncios, para analizar el panorama, de repente llegó lo nuevo de Ikea, obra de McCann, con ese cierre “La Navidad nos desamuebla la cabeza”. ¡Fantástico! Nada de anuncios ñoños sobre la vuelta a casa de los que estamos fuera, nada de abrazos ni reencuentros en los aeropuertos sino una vuelta de tuerca a qué es la Navidad y qué significa. Me quedo con ese momento final en el que el niño se compadece de la mujer doblada por el peso de las bolsas llenas de regalos. ¡Tan cargada de cosas y tan pobre!
Un brindis por Ikea y McCann, por entender de qué va esto de la crisis y recordarnos cuáles son las cosas importantes y sobretodo un brindis por una campaña que nos recuerda que la publicidad no es sinónimo de consumismo y superficialidad. El último brindis para todos nosotros…¡Feliz Navidad y Próspero 2015!
Imagen cortesía de iStock
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