Si pudieras tener un superpoder, ¿cuál sería? Tómate un momento para pensarlo; tiempo sobra y es importante que medites bien tu respuesta. Ésta es una de las preguntas que más me gusta hacerle a las personas que conozco, porque aunque parezca una bastante casual, tiene un trasfondo profundo. Cuando alguien me da una respuesta, me dice mucho acerca de esa persona. Podrá sonar loco, pero no creo en los horóscopos ni en las casualidades: yo creo en los superpoderes. El mío no es nada aventurero ni extravagante; incluso creo que es uno que te puede causar más problemas que beneficios (sin olvidar los dolores de cabeza). Así es, a Laura López le encantaría poder entrar en las mentes de las personas. Pero espera, no me refiero a controlarlas, sino simplemente saber qué se siente estar en otros zapatos…qué se siente ser alguien más. Creo que como publicistas, no nos vendría nada mal uno que otro superpoder (rapidez para no tardar tanto haciendo un trabajo o volar para llegar más rápido alguna junta) pero la verdad es que si a mí me preguntaran, yo diría que leer la mente sería el más útil de todos. Lamentablemente, aún no ha llegado el día en el que podamos convertirnos en el Profesor X, pero creo que podemos hacer algunos esfuerzos para acercarnos a una versión bastante modesta de este personaje. Tal vez no podamos leer la mente de las personas, pero sí tenemos un superpoder que no lo percibimos como tal, pero solemos llamarlo empatía, que no es más que aprender a ponernos en los zapatos del otro. Quizá te preguntes por qué tengo tanta insistencia en este valor o superpoder y cómo éste podría ayudarnos a mejorar esta industria. Yo te contestaría que a la publicidad le faltan más humanos y menos dictadores. Más personas que hagan campañas que entiendan qué sentimos cada tipo de consumidor y no nos digan lo que deberíamos sentir. Para esto, como dije, creo que la empatía es el primer paso. El segundo por el contrario, implica un poco más de acción pero creo que tiene también parte de magia y una pizca de diversión: literalmente ponerte en los zapatos de la otra persona. Bueno, no literalmente, creo que exageré. Mi idea va más en el sentido de aprender a no solamente pensar como ellos sino a sentir como ellos. Aquí quizá entraría un segundo superpoder que nos proporcionaría Mystique, que sería el de convertirnos en alguien más (aunque ella lo hacía sólo físicamente, pero bueno, ustedes entienden). El punto es tratar de crear el ambiente lo más cercano posible para poder entender por qué está pasando nuestro público. Tenía un maestro que tuvo que ponerse un sostén para comprender el producto y lo que pasábamos las mujeres. Al final, es hacer todo lo que esté en nuestras manos- y un poco más- para captar lo que es ser esa persona. No se trata de creer entenderlo, o de imponer estereotipos, sino de vivirlo en carne propia. Esto no se logra simplemente con investigar acerca de lo que estamos comunicando, sino de probarlo, sentirlo y tocarlo; es casarte con la marca para que tú y ella sean uno mismo. A pesar de todo, me gusta pensar lo curiosa que sería la vida si pudiéramos tener este tipo de poderes como los que los cómics nos cuentan, pero tal vez no nos hemos dado cuenta que en el mundo real, tenemos muchos que nos hacen ser tan increíbles como lo puede ser cualquiera de nuestros héroes. Sólo es cuestión de saber cómo potenciar nuestras habilidades, porque se encuentran dentro de nosotros, latentes, vibrantes, esperando el detonante que las haga explotar y así por fin hagan de las suyas a través de nosotros.
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