También son conocidos como, influenciadores, celebridades, connectors, alfas, embajadores, mavens, trendsetters. Son resultado de esta (re) evolución en la que estamos inmersos gracias a la proliferación de plataformas digitales que nos ofrecen una poderosa alternativa para conectar con los consumidores. Las marcas y sus agencias utilizan muchos recursos buscando a estos míticos seres maravillosos que nos ayudarán a dispersar nuestros mensajes haciéndolos virales e influir en los consumidores que son gente normal y un montón de fantasías más. Sin embargo la opinión que pueda tener alguno de estos personajes no es más poderosa que la que tiene mi vecino o la señora de la tienda. Me explico antes de que le prendan fuego a mi casa: a la gente le encanta hablar y escuchar. Las personas hablamos sobre los productos por algunas de estas razones:
- Nos encanta ayudar
Es muy satisfactorio saber que ayudamos a alguien a resolver un problema o una duda, por eso en cuanto escuchamos su inquietud sobre alguna categoría en la que tenemos una experiencia positiva, de inmediato la compartimos.
- Encontrar puntos en común
A mi también me gusta esto que a ti te gusta. Suele ser muy gratificante encontrar que tienes cosas en común con la gente que te rodea o que acabas de conocer. Esto es sólo un punto de partida.
- Demostrar que sabemos
A veces no basta con ayudar, queremos demostrar que sabemos un montón sobre un producto. Esto nos ayuda a mantener nuestra autoimagen y demostrar que valemos mucho porque sabemos mucho
- Orgullo
Hablamos de los productos y marcas también para presumir que los conocemos y estamos familiarizados con ellos. No se trata de farolear, sino que hay marcas que de verdad nos gustan mucho.
- Validar nuestras propias opiniones
Ya tenemos una opinión sobre un producto y queremos saber si alguien más la comparte, si estamos en lo correcto. La manera más sencilla de hacerlo es hablando sobre el producto con alguien a quien respetamos.
- Compartir
Nos gusta compartir las experiencias positivas que tenemos, por el simple gusto de compartir cuando algo está bueno. No necesitamos que un chavo vestido raro pero trendy nos diga que tal producto es bueno, muchas veces es más poderoso que un desconocido nos platique en la fila del banco su experiencia con el producto. ¿por qué? Porque es un peatón, como el consumidor y esto le da mucha credibilidad. Seamos sinceros ¿cuándo fue la última vez que fuiste influenciado por un influencer? ¿y por una persona normal? Una marca con una gran historia por contar es suficiente para arrancar el diálogo de la gente con su entorno. Trabajemos más en crear grandes historias, en ofrecer experiencias de verdad satisfactorias para los consumidores y dejemos que las ganas de hablar hagan lo suyo. Para saber más: Grapevine the new art of Word-of-Mouth Marketing, Dave Balter & John Butman. Imagen cortesía de iStock
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