Mírame a la cara y atrévete a decirme… es un fragmento de la canción „No tienes corazón“ de Café Quijano y Sabina, que viene a describir el día a día de los que usamos el transporte público. No importa si usas cercanías, metro, autobus o tranvía e incluso en un ascensor, todos miramos para otro lado o mejor dicho miramos a la pantalla. Puede ser del tablet, smartphone, smartwatch, reproductor de mp3 o ebook, para escabullirnos del contacto visual con el vecino todo vale. Por eso me encanta la acción de @HumanosEnUnTren; nombre que homenajea tanto la película „Extraños en un tren“ de Hitchcock como el libro homónimo en el que se basa, escrito por Patricia Highsmith en 1950. Se trata de levantar la mirada y fotografiar uno de los tweets de papel y tinta que se encuentran en los vagones del metro como los que se han añadido en @HumanosEnUnTren en twitter. Es cierto que todos nos sentimos violentos en una situación en la que no tenemos demasiado espacio vital, o éste se ve invadido por desconocidos como en el transporte público, en hora punta o en los ascensores, pero el fenómeno Phubbing va más allá. ¿Alguien ha probado a dejar el móvil en el bolsillo y mirar qué hacen el resto de los pasajeros del vagón? Nos perdemos cosas como la sonrisa de un niño o la mirada de quién comparte un trozo de nuestro trayecto diario a la oficina con la esperanza de que sus ojos se encuentren con los tuyos. Sí, yo también me aburro en las reuniones familiares cuando la gente empieza a hablar de los programas de Telebasura o de los famosos de la prensa rosa. Me cuesta horrores no salir corriendo a buscar mi móvil pero me he propuesto ponerlo en modo avión cada vez que tengo una reunión/encuentro con otras personas; seres humanos con sentimientos que les distinguen de las máquinas y trato de cumplirlo. Pero confieso que seguiré llevando el mp3 y el ebook en el autobus cuando vea al Brand Manager para evitar que le den tentaciones de hacer un Jourfix de las últimas campañas cuando estoy fuera de la oficina en mi tiempo libre, desconectando del estrés de la agencia, como no hace mucho le dio por hacer. Ahí si que no levanto la mirada.
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