Como mercadólogo, he sido fan de la publicidad de Coca-Cola desde que entré a la universidad y comencé a ver el talento de las mentes creativas que dirigen la comunicación de esta empresa con acciones fascinantes de estrategias ATL (como el comercial donde salían los niños cantando “Whatever” de la banda británica Oasis que nos hizo, literalmente, creer en que un mundo mejor es posible) o las acciones de publicidad Below the line, con las cuales recibieron muy buena respuesta por su alto grado de creatividad. Sin embargo, a pesar de todo el crecimiento que podría tener dentro de una empresa como esta, si en algún momento encontrara la forma de aplicar a una vacante o por mera “coincidencia” me ofrecieran un trabajo ahí, probablemente lo rechazaría; y dirás “qué tonto” y puede que tengas razón, porque oportunidades como esa solo se presentan una vez en la vida. La principal razón por la que no me gustaría trabajar en Coca-Cola, Volkswagen, Sony, Apple o cualquier empresa internacional es precisamente eso, que le soy fiel a México y sé que no soy el mejor mercadólogo del mundo, pero sí tengo mucha fe y esperanza en las empresas mexicanas que construyen día a día un México diferente. Por ejemplo, entre mis empresas soñadas se encuentra en primer lugar Librerías Gandhi, que aunque no me gustaría trabajar haciendo publicidad, sí me gustaría estar como estratega de marketing, estando del lado del servicio al cliente y estrategias de promoción y retención de nuevos lectores. Otra empresa con la que también me gustaría colaborar mucho es Bimbo. Además de que soy fanático de sus productos, es una compañía que me hace creer que las cosas pueden ir mejor en nuestra nación. Finalmente, otra de mis empresas ideales para trabajar es Telcel, y aunque sé que su propietario no tiene muy buena fama, le reconozco que es un hombre muy inteligente y quisiera aprender de sus buenas prácticas. Tengo otras empresas que también me gustaría apuntar porque son muy buenas y en realidad las amo, pero sobre todas, mi favorita siempre será Librerías Gandhi y espero en algún momento dado colaborar con ellos. No me guío por el dinero que pueda ganar, sí por el crecimiento que pueda tener, pero sobre todo le soy fiel a mis creencias y persigo mis sueños. Para concluir con este artículo, me gustaría decirte que defiendas lo hecho en México, no está nada mal trabajar en una empresa transnacional, pero siempre teniendo conciencia de nuestras raíces y tomando todo lo bueno, y lo malo, como un crecimiento como personas y para nuestro país.
Comentarios