Primeramente, debe usted saber lo mucho que la respeto. Creo que a pocas cosas se les debe tener confianza en este mundo, y usted de alguna u otra forma, siempre logra ser una de las que más soy devota. En un mundo un tanto desordenado, usted ha logrado darle un lugar y espacio a cada uno de los elementos que forman nuestra lengua. Es que usted no entiende lo mucho que aclara mis dudas y me hace sentir tranquila cuando encuentro entres su líneas, la respuesta a un sinfín de preguntas. Y es por eso, debido a esa devoción de la que tanto hablo, que me duele tanto lo que está sucediendo. Quizá usted no lo sepa, pero me considero amante de las letras y de las formas que con ellas se pueden construir. Desde pequeña he sido aficionada a aprenderme las reglas de ortografía y a pulir mi redacción (y la de otros) y hoy veo cómo poco a poco, todo eso que me enseñaron y que defendía a capa y espada, se desmorona. Muchas de esas reglas que yo seguía al pie de la letra, hoy parecen obsoletas y es así como los papeles poco a poco se van cambiando: resulta que los que no daban importancia a escribir adecuadamente, hoy están en lo correcto y nosotros, los defensores de la lengua escrita, pasamos a ser anticuados y errados al seguir tus antiguas reglas. Yo sé, lo siento; aún me duele no acompañar mi solo con un acento y dejar mis pronombres demostrativos desnudos sin la tilde correspondiente, cuando yo sé que antes se veían tan bien con ella cuando era necesario. ¿Qué me dice de guión? ¿Por qué ya no me deja acentuarla como antes? ¿QUIÉN LE HIZO TANTO DAÑO? Ni hablar de que ya no podemos escribir nada con ex sin que vaya junto (ya sé, ex esposo suena horrendo, pero ahora se lee peor como exesposo). Bueno, debo decirle que algo que sí agradezco es que haya quitado ese horrendo ó acentuado entre los números; nunca me gustó ni me acostumbraba a usarlo. Tal vez no está tan mal que ahora los cargos ya no necesitan la mayúscula inicial y qué bueno que ya quitó las horrorosas ch y ll del abecedario. Pero es que entiéndame, a pesar de todo, no puedo evitar sentirme inculta cada que escribo “solo quiero…” ¿Cuáles son sus razones? Se secundó diciendo que debemos ser lo suficientemente astutos para rodear de un contexto adecuado a nuestras palabras, para que nuestros lectores entiendan qué sentido tiene cada una de ellas. ¿Y por qué no rodearlas de ese bonito contexto del que habla y además escribir correctamente? ¿Es acaso mucho pedir? Disculpe si le escribo tantos años después de esos cambios que le hizo a nuestra escritura, pero no había encontrado la forma ni las palabras para hacerlo. Creo que mi molestia va más en el sentido de que si a las personas de por sí no les interesaba acentuar adecuadamente las palabras que escriben, mucho menos van a buscar redactar bien para contextualizarlas. Solo quiero decirle que a pesar de todas nuestras diferencias, mi respeto hacia usted sigue siendo tan puro y leal como desde el primer día. Cada vez es más difícil entenderla, pero espero haga lo correcto. Mientras tanto, a nosotros solo nos queda acatar las locuras que pasen por su mente y rezar porque en uno de sus arranques, no nos quite también los primeros signos de interrogación y exclamación; ni siquiera lo piense, es en serio. Imagen cortesía de iStock
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