Es bonito recordar cuando te llaman por teléfono para decirte que te presentes a trabajar el próximo lunes después de tres mil entrevistas en diferentes agencias y empresas que no tienen nada que ver con tu giro; pero por fin llamaron. Llegó el día en que vas a tener tu primer contacto con una agencia de publicidad: es el momento de sacar todo el potencial y demostrar de qué estás hecho. La pasión publicitaria corre por tus venas y eso te convierte en un ser insaciable de aprendizaje. Tiempo después te das cuenta que no todo es como tu mente lo vislumbraba, que las grandes ideas no ocurren todo el tiempo y que tampoco surgen de la noche a la mañana. Logras percibir que algunas personas de tu entorno no se apasionan por lo que hacen. No intentan buscar nuevos caminos para darle al clavo del brief que llegó para el pitch de una marca grande, porque la comodidad es más importante que las buenas ideas, o que tal vez se equivocaron de profesión y están en publicidad por azares del destino (un terrible destino). Sería genial que todos los que trabajamos en publicidad nos apasionáramos como aquel chico trainee, becario o esclavo laboral que éramos al principio, sin dejar de lado la búsqueda de un crecimiento creativo (siempre con humildad); ser de nuevo ese ser insaciable que siempre buscaba cosas nuevas que aprender y compartir con los demás. La realidad es que nos dedicamos a criticar el trabajo de las demás agencias, a los ganadores de grandes premios internacionales y hasta el trabajo de nuestros mismos compañeros, pero sinceramente no nos esforzamos por eliminar los vicios publicitarios a través de chamba verdaderamente creativa, efectiva y funcional. Necesitamos otra dosis de pasión publicitaria, de esa que nos inyectan cuando somos primerizos. Necesitamos más personas que sean publicistas por amor y no por obligación. ¡Vamos a darle, que esos Leones para México no se van a ganar solos! AUTOR Edgar Hernández Soy un community manager de corazón digital y la música electrónica se encarga de devorar mis tiempos libres. Tengo un severo problema de adicción a las redes sociales que hace de mi trabajo algo apasionante y divertido. Sígueme en: @wideck1 Imagen cortesía de iStock
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