Cuando en una agencia publicamos una vacante (sobre todo de diseñador o creativo), lo que uno espera es un book, una muestra de los trabajos desarrollados. Estos pueden darnos una idea de la experiencia que el candidato tiene en: campañas, branding y adaptaciones. También muestra (por la clase de proyectos) en qué agencias o con qué clientes ha lidiado, y sobre todo, cómo presenta su trabajo. Algunos, mandan su CV como adicional, y no está mal. Lo que es abominable es que llegue el correo únicamente con un .doc mencionando sus datos personales, dónde estudió y resaltando sus grandes valores como: honestidad, responsabilidad, etc. Eso sí es motivo de descalificación inmediata. También el hecho de que un diseñador mande un attachment de 8, 15 o hasta 30 megas, es un buen filtro, y nos dice quién no sabe comprimir Pdfs, o quién no sabe subir archivos a una liga o mostrar sus trabajos vía web. Otro punto elemental es llegar puntual. Variables como el tráfico, el clima y el estacionamiento, van a perseguirnos toda la vida a donde quiera que vayamos. Si de entrada el prospecto llega 10 minutos tarde, obviamente no va a llegar puntual los demás días, y probablemente pase lo mismo al momento de entregar sus proyectos. Y para finalizar, hay que mostrar interés en la vacante, en la agencia en el puesto. Investigar qué cuentas trae y qué proyectos trabajan, eso sin duda mueve. Un mail de seguimiento nunca está de más. Ojo que no es garantía, pero podría inclinar la balanza a favor si es que hay un empate con alguien más. Imagen cortesía de iStock
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