Hasta hace unos años era fundamental el estudio de las audiencias en televisión, ya que éste era el medio preferido por muchos anunciantes para llegar hasta su público objetivo. El panorama actual es totalmente diferente. En las diversas etapas de este medio se ha pasado de su llegada al mercado a una etapa de consolidación entre los años 1975 y 1990 en la que la caja tonta era imprescindible, se crearon canales privados para dar cabida a la avalancha publicitaria. Todos los anunciantes querían hacer un spot. En una tercera etapa se crearon los canales temáticos de pago. Muchos consumidores optaron al principio por estos canales huyendo del exceso de publicidad que les impedía disfrutar de una película o contenido de interés personal. Esto llevó a una reflexión y renovación de los spots y campañas emitidas en dicho medio. No tiene sentido gastar esfuerzo y dinero en crear un anuncio grandioso si no va a cumplir con el objetivo de promocionar un producto para incrementar su venta. Televisión sin publicidad Así llegamos al año 2010 cuando, por ejemplo, el ente público de radiotelevisión española decide eliminar la publicidad en sus emisiones como hace la BBC británica que se financia con el impuesto que pagan los británicos y no con los ingresos publicitarios. Internet Desde su expansión a mediados de los 90, Internet se ha convertido en el medio más democrático para la audiencia. Permite no sólo disponer de la información y contenidos en tiempo real sino que ofrece a los usuarios la opción de convertirse en productores de otros contenidos y ofrecerlos al resto de la audiencia en el mismo soporte. Estos y otros factores han hecho que los anunciantes se fijaran en la red de redes como soporte para sus campañas. En poco tiempo se produjo un boom publicitario en Internet que fomentó el desarrollo y la aparición de nuevos formatos como pop-ups, banners… ¿Televisión versus Internet? Ambos medios compiten por la audiencia pero la realidad es que ambos se necesitan. La audiencia consume ambos. No hay que olvidar smartphones y tablets que también ofrecen contenidos audiovisuales. ¿Lo próximo serán E-Books y Smartwatches? Es el soporte publicitario en el que son los usuarios los que deciden el producto o “programa” que quieren consumir y cuándo; en el transporte público, en el sofá, en casa de un amigo, etc. Vaya que al final no tenemos la guerra de las pantallas sino más bien pantallas que se solapan como ventanas abiertas a diferentes calles. El reto para nosotros publicitarios encontrar la fórmula mágica que funcione en todas ellas. Imagen cortesía de iStock
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