Siempre buscamos parecer interesantes, misteriosos y hasta hacemos creer que lo sabemos todo en redes sociales, pero ¿Qué pasa fuera de ellas? Curiosamente, del otro lado nos cuesta relacionarnos, y pensamos mucho antes de atrevernos a decir o hacer lo que comúnmente expresamos con facilidad en la web, esto se debe a que nos preocupamos por mantener esa imagen que todos nuestros seguidores desearían ver, según nosotros. Lo mismo ocurre con figuras públicas y empresas, no se crean, para mantener una reputación online se debe pensar detalladamente en el contenido nuestro público objetivo quiere ver, y a eso voy, por ningún motivo les invito a dejar de hacer lo que creamos conveniente para atraer y mantener a nuestros seguidores, pero ojo, adaptemos esas dosis de extravagancia y seguridad un poco a la verdad, porque nada más desagradable que descubrir detrás de ese maravilloso mundo una cortina de humo. Obviamente sabemos que el marketing se compone de slogans “exageradamente” buenos y productos “altamente” efectivos, pero recordemos que no siempre estaremos en la cúspide del éxito si nuestros clientes piensan lo contrario, es una montaña rusa que a veces, hasta nos baja de golpe. Y es que eso somos, somos lo que queremos que los demás vean en nosotros, olvidamos que el cliente también siente, se equivoca y publica fotos borrosas, no siempre seremos perfectos, pero un cliente satisfecho siempre va a defender tu empresa si cree en ella y en el contenido que publicas, al fin de cuentas piensa que lo que le dices es nada más que la verdad.
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