Cuando me gradué de Comunicadora Social, pensé en el inmenso mar de oportunidades que me brindaba esta hermosa carrera en el campo laboral, sin embargo, algo siempre me dijo que el periodismo iba a ser lo mío. La semana pasada me desahogue con “La Crisis de ser Periodista”, pero hoy no les traje nada de desahogo, solo reflexión. Mi primer trabajo fue desempeñándome como periodista, periodista digital Me convertí en periodista digital cuando la jefa de redacción del primer periódico donde trabajé así lo decidió. No es que no lo quisiera, de hecho me sentí halagada al saber que alrededor de 10 personas que también aplicaron al puesto no lo obtuvieron por no tener “suficiente conocimientos en el ciberperiodismo”. Estando ya en mi puesto de trabajo, conocí a gente maravillosa que realmente se dedicaba a lo suyo en materia digital, siempre trabajando arduamente y diciéndole sí a cualquier reto, no obstante, comencé a notar que dentro de la ficticia “cadena alimenticia periodística” los de la web estábamos más abajo que los demás y éramos como los odontólogos de las convenciones de medicina (sin ofender a ningún odontólogo). La ironía de la vida El periodismo digital puede que sea un poco más complejo que el tradicional, sin embargo, no todos lo verán de ese modo y es comprensible, pues desde que estudiamos los primeros años nos incentivan a “patear calle”, pero la realidad es que el trabajo de ambos campos no puede ser comparable. Por un lado, tenemos a una persona que va hasta el lugar del hecho, busca información, fuentes, toma notas hasta que de ello saca un texto que a la mañana siguiente (posiblemente) sea con la que abre el periódico, esto repetido por 5 u 8 al día. Por otro lado, tenemos a la otra persona que además de saber hacia dónde va cada periodista de ese diario por si toca publicar algún avance vía web, debe monitorear cada red social, cada movimiento de la ciudad o región donde se distribuya el diario donde trabaja, actualizar a sus jefes sobre cualquier eventualidad que se presente para que envíen a un periodista a cubrir el hecho y si dicho ser se retrasa, él tendrá que cubrirlo con lo que encuentre vía web. Sin contar las pautas propias, pues aunque no parezca, el contenido digital no es el mismo del tradicional. (huy, como que sí me desahogue). Lo cierto es que el ciberperiodismo no es algo en lo que nos hagan hincapié en la universidad, es más de habilidades y conocimientos aplicados al periodismo tradicional y del que deberían tratar más seriamente en un futuro próximo en las academias. No todos son periodistas digitales, repito, no todos son periodistas digitales Actualmente, términos como “reportero comunitario” o “periodista ciudadano” han causado revuelo frente al debate de si estos nuevos actores pertenecen a una variedad del periodismo digital, o si de facto es una consecuencia lógica de los avances tecnológicos en materia comunicacional. Si bien, una persona está en todo su derecho de reportar algún hecho que quiera notificar a través de la red social de su preferencia, la diferencia entre lo que está haciendo y el periodismo, es que la persona no está consciente de lo que reporta ni se hace responsable por lo que acaba de reportar, simplemente está haciendo uso de una “plataforma” y no de un “cibermedio”. El famoso periodista digital Mark Luckie dijo que “Twitter es un ecosistema de noticias”, lo que supone que no sólo los periodistas, sino tu abuela, el primo o mi mamá se expresen u opinen generando un entorno informativo y aunque twitter no nace de o para el periodismo, se adapta perfectamente a él. Reflexiones finales Adoro ser periodista digital, el haber tenido presencia en la web mucho antes de estar graduada me ayudó a perfilarme como tal. Hoy en día, es una profesión que aún no se consolida como ya lo debería haber estado, pero que sigue siendo imprescindible en el mundo del periodismo tradicional. Si son periodistas digitales luchen, luchen por cambiar la manera en que otros periodistas o personas perciben ese campo y enséñenles a ser parte de ese mundo, si aún no lo son pero quieren serlo, instrúyanse todo lo que puedan y nunca dejen de hacerlo, sean autodidactas de los diferentes programas que ofrece el mundo 3.0. Imagen por iStock
Comentarios