Es muy común escuchar la expresión “yo no sé dibujar” cuando se le solicita a alguien que exprese algo de forma gráfica. Pensar de manera visual es una de las prácticas más comunes en nuestra vida puesto que está en la cotidianidad de la mayoría de las personas, gran parte de los recursos de nuestra comunicación emplean elementos visuales, pero a la hora de tomar conciencia sobre dicha actividad, se generan bloqueos creativos que no permiten que las ideas fluyan libremente. El visual thinking o pensamiento visual es una poderosa herramienta para desarrollar la creatividad de forma efectiva empleando uno de los sentidos que usamos con más frecuencia, la visión. Permitir que los procesos creativos partan del pensamiento visual, dinamiza dicha actividad, facilitando el rol de diferentes integrantes en los equipos no solo en la construcción de imágenes, sino en el proceso de interpretación, discusión, análisis y generación de resultados que se traducen en ideas efectivas. La práctica del pensamiento visual se convierte en un recurso para resolver problemas no solo a nivel corporativo sino personal, es una actividad natural desde la niñez que potencia la creatividad y que ayuda a abordar discusiones con variedad de criterios de análisis. Los dibujos tienen un alto poder comunicativo, activan el procesamiento del cerebro de manera más efectiva por cuanto éste los reconoce con mayor familiaridad. Las gráficas se pueden convertir en un lenguaje universal de fácil interpretación que trasciende los idiomas y permea las diferentes culturas y sociedades con normas específicas de comunicación. El ejercicio de visual thinking va más allá tomar conciencia gráfica y hacer unos cuantos dibujos, es una herramienta de presentación de ideas, planeación y diagnóstico que comunica y resuelve cuestionamientos. La técnica se basa en aprovechar la habilidad visual que tienen las personas por naturaleza y encaminar los objetivos a soluciones prácticas empleando cuatro sencillos pasos: mirar, ver, imaginar y mostrar. Dan Roam en su libro “la clave es la servilleta” expone que resolver problemas y vender ideas resulta más fácil si se emplean dibujos, desde donde se puede ayudar a desarrollar un nuevo orden mental, descubrir nuevos caminos creativos y a facilitar la socialización de ideas. Si usted se familiariza con diagramas, notas autoadhesivas, mapas mentales o de ideas y trabaja en equipo, está llevando a cabo procesos de tipo visual thinking, reconocer una mayor cantidad de herramientas asociadas al tema puede potenciar su desempeño creativo, resolución de problemas y poder de comunicación, de igual forma mejora el trabajo en equipo y la interacción con los clientes de ser el caso. Imagen cortesía de iStock
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