Se dice que en tiempos complicados las mejores oportunidades caen de los árboles como manzanas jugosas y brillantes, pero muy pocos por lo abrumados del día a día logramos verlas. Aquí la historia de Sergio, una chico que podría haber desarrollado su talento en otro espacio y tiempo con algunas facilidades, pero le tocó crecer con sólo dos maravillosas virtudes, sus manos y una mente creativa. Cuántas veces pensamos que no merecemos las mejores oportunidades, que no somos desafortunados por nacer estrellados y no con estrella, o peor aún, nos creemos incapaces de lograr grandes cambios en nuestro camino por tener posibilidades escasas. Es una constante del Ser Humano lamentarse por haber nacido con menos suerte que otros, pero el universo es sabio, no falla y nuestras acciones nos mantienen en el lugar justo a la medida de nuestro discurso y se empeña en ponernos a prueba para que nos demos cuenta hasta dónde somos capaces de llegar, Sergio es un ejemplo perfecto. Lo conocí en mi paso por unas oficinas de una agencia de medios, no me había percatado de su talento hasta que por obra del destino le tocó trabajar en mi equipo. Un chico sano, lleno de un pasado complicado, como el de muchos seres humanos probablemente, pero sabio en sus decisiones y necio en sus convicciones, no sabía nada de su vida hasta que pude ganarme su confianza y fue así como descubrí su más grande proyecto de vida. Sergio tiene 26 años y a su corta edad ya es todo un empresario, comenzó su historia en el negocio de la moda cuando su fascinación por las gafas de sol lo llevó a encontrar al mejor proveedor. Es muy probable que haya comenzado coleccionándolas y que después de tantos modelos en sus cajones pensara que podría ser un gran negocio, lograr que también sus amigos lucieran con la misma actitud chevere que él era el objetivo. Lleva construyendo su marca desde el 2013 y su pasión lo ha llevado a aprender temas nuevos, cosas legales para armar una asociación, rollos administrativos y de contabilidad, hasta pegarle al tema creativo para que él mismo se encargara de la publicidad. Se graduó en mercadotecnia en la Ciudad de México y ahora asume todas las aristas de una pequeña empresa. Su paso en lugares con un salario fijo, él me lo ha dicho, es meramente para hacer crecer su negocio, pero la magia comenzó cuando logró registrar su marca y pudo comenzar a crear grandes historias. He sido testigo de cómo su mente maquila a mil revoluciones todas las posibilidades para posicionar su sueño en un mercado competido a muerte, un producto como unas gafas de sol representan un gran reto, pues categorías que tienen que ver con moda tienden a desgastarse muy rápido a menos que vayan evolucionando a los antojos de los que «dictan» si los trajes de baño utilizados por tu Abue son trendy en éste verano o si las flores en la cabeza te dan actitud intelectual. Sergio tomó el camino complejo pero basta con verlo sonreír bajo sus gafas en la calle a las tres de la tarde con el sol a full para notar que su actitud lo hace moverse como pez en el agua en su negocio. El producto no es diseñados por él, pero lo que el diseña son las personalidades y el concepto viene a romper estereotipos para posicionar autenticidad, el simple hecho de ser tú mismo con una mejor actitud ante el resto del mundo. Él es uno de los emprendedores al que le llegó una idea y no la mantuvo quieta hasta verla materializada. Toda su energía, salario y esfuerzo lo dirige a su proyecto y la mejor parte es que no teme, no desiste y todo el tiempo está arriesgando todo. En términos más personales, debo confesar que es un gran ejemplo para mí, no hay mejor lección de vida que ver a un chico empezar con los bolsillos llenos de sueños y que en tan solo dos años haya logrado sumar a gente que cree en él, que hoy en día existan músicos, modelos y artistas colaborando a su lado y que esa pasión que lo impulsa a diario sigue sumando el éxito de su proyecto. Seguramente ha invertido más de lo que por ahora haya ganado, pero qué negocio empieza ganando las millonadas, sin duda el universo avienta un sin fin de posibilidades para materializar ideas, pero es una realidad que son pocos los que las aprovechan o peor aún, dentro de esos pocos son sólo algunos necios los que se aferran a darle brillo a esa gran idea aún a pesar de que en el camino vayan tirando trozos de su vida. Si tienes un proyecto en mente que creas puede cambiar el rumbo de tu vida, hay tres cosas con las que debes caminar sin tambalear, compromiso, pasión y mucha paciencia. Imagen cortesía de iStock
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