Cuando alguien me pregunta qué estudio o a qué me dedico, tras responder que Publicidad y Relaciones Públicas, obtengo diferentes reacciones:Por un lado, están aquellos que, por lo visto, piensan que la nuestra es una carrera de segunda, fácil, en la que prácticamente no hace falta esforzarse ni estudiar para obtener el graduado. Este grupo te espeta con un “Ah, ¿publicidad?, pues yo estudio una ingeniería de vete-tú-a-saber-qué… ¡No sabes lo estresante que es! ¡Y lo difícil!” Por otro lado, están aquellos que te responden “O sea, que haces anuncios”. Y si además se te ocurre mencionar que te estás especializando en diseño gráfico, la cosa empeora “¿Así que también haces dibujitos?”. No sé deciros con certeza por cuál de los dos grupos siento más temor, pero como una ya empieza a cansarse de tener que dar largas explicaciones sobre lo que es ser publicista y diseñador gráfico, e imagino que todos vosotros también, aquí os dejo mi respuesta ante estas “impertinencias”. Así, la próxima vez que os formulen la temida pregunta no tendréis más que redirigirlos a este texto: Estudiar la carrera de Publicidad puede parecer fácil desde fuera, y es que los que hemos tenido la suerte de olvidar el miedo al qué dirán a la hora de empezar nuestros estudios, somos extremadamente felices con lo que hacemos (como cualquiera que decida a qué dedicar su vida bajo un único parámetro: la vocación). Desde fuera puede parecer fácil para el resto de humanos, porque somos seres apasionados y radiantes de felicidad, que se quejan muy poco porque saben que de poco servirá. También porque, como dicen, “sarna con gusto no pica” y a nosotros todo esto nos encanta y emociona. Mientras vosotros, que aseguráis estudiar carreras mucho más complejas que la nuestra, pasáis horas inmersos en vuestros enormes libros, nosotros los estudiantes de publicidad pasamos horas y horas realizando prácticas, trabajos en grupo, presentaciones… Es decir, no creáis que por tener más libros o materia que estudiar, lo vuestro es más complicado. Vosotros pasaréis mil horas estudiando, pero nosotros las pasamos trabajando, aplicando la teoría a la práctica. He perdido la cuenta de los días que he tenido que quedarme trabajando con mi equipo hasta las tantas de la madrugada para conseguir terminar a tiempo la presentación de esa campaña por la que llevamos tanto tiempo luchando y que se entrega al día siguiente. Y es que a hacer publicidad se aprende haciéndola, palpándola y absorbiéndola por todos los poros de tu cuerpo, y no solo estudiando lo que te cuentan los libros. De hecho, me atrevo a deciros que la publicidad no se estudia, sino que se interioriza y se vive, y si algo he aprendido en esta carrera es que lo que se vive a través de la experiencia, no se olvida. No obstante, eso de que no tenemos que estudiar es todo un cliché: los publicistas debemos aprender a ser, además de publicistas, sociólogos y psicólogos, estrategas, investigadores de mercado, creativos… Todo esto tiene una base teórica que hay que aprender estudiando, como en cualquier otra carrera. La mayoría de nuestros exámenes, además de la correspondiente parte teórica tienen una parte de reflexión, en la que no hay una única respuesta a determinadas cuestiones. A mí, personalmente, esta forma de examinar me encanta, porque te da la oportunidad de demostrar todo aquello que has estado interiorizando durante el curso, sin la necesidad de incluir datos puramente teóricos y pudiendo contestar a través de la lógica y el razonamiento. Sin embargo, veo que no es algo común a todas las carreras, ya que conversando con amigos que se dedican a otras profesiones he observado que existe un gran temor ante este tipo de exámenes, y una clara preferencia por lo netamente teórico. Esto me hace pensar que quizás se debería enseñar a los estudiantes a pensar por ellos mismos, y no solamente métodos de estudio para memorizar la materia y soltarla de carrerilla en el examen final. Como podéis observar, el mito de que estudiar Publicidad es fácil y sencillo queda totalmente desmentido, aunque nunca negaré que para mí también es divertido y emocionante. Pero no olvidéis que lo hacemos con pasión y amor (cualidades poco comunes en el mundo laboral), y esto puede llevar al resto a pensar que no tiene ninguna complicación y que nunca estamos cansados ni estresados (nada más lejos de la realidad). Centrémonos ahora en la errónea idea de que la publicidad es hacer anuncios y dibujitos: La Publicidad va mucho más allá de hacer anuncios, parece que cuando le hablas a alguien de publicidad, automáticamente en su mente aparezca un neón parpadeante, con alarma sonora incluida, en el que pone “SPOT”. Para empezar, he de decir que hacer un anuncio o spot (llamadlo como queráis), no es solamente sentarse y decir “voy a desarrollar esta idea porque me gusta, ¿qué tal un unicornio aquí y un poco más allá un bebé?”. NO, esto no es así, de hecho esta situación no se aproxima, ni remotamente, a la realidad. El proceso que se sigue para, finalmente, sacar un spot a televisión es largo y complejo, y requiere la implicación de todos los departamentos de la agencia. Para empezar, el cliente proporciona un briefing en el que informa a la agencia sobre los objetivos que pretende que se alcancen, cuál quiere que sea el tono de la comunicación, los medios y formatos en los que desea que se muestre su pieza, etc. Esto sería lo ideal, pero la realidad es que en este documento, habitualmente no aparece toda la información que la agencia necesita para llevar a cabo su función. De hecho, generalmente la información útil escasea en estos documentos. Por ello, el encargado de cuentas o el planner deben llevar a cabo una ardua labor de investigación y análisis, además de mantener la relación con el cliente y tener las reuniones pertinentes con él, tanto como para obtener más información necesaria para la agencia, como para informarle de cómo va el proceso. Llega un momento, cuando la investigación ha concluido, en el que el encargado de cuentas o el planner, proporcionan al departamento creativo de la agencia un briefing creativo, en el que se le explica al departamento lo que se necesita de ellos, dándoles una estrategia y una línea temática a seguir. Una vez el departamento creativo ha conseguido dar forma a varias propuestas, se selecciona la que más gusta o la que mejor encaja con las peticiones del cliente. Si el cliente aprueba la propuesta elegida, ésta pasa a la productora, o en caso de existir, al propio departamento de producción y realización de la agencia, donde se le da vida a las ideas y maquetas que nacieron en el departamento creativo. Por último, el departamento de medios es el encargado de llevar la pieza publicitaria a aquellos medios y soportes acordados con el cliente: televisión, radio, vayas publicitarias, autobuses… Y para ello es necesario realizar todo un plan de medios en el que se estudia cuáles son las opciones óptimas para una determinada pieza y un determinado cliente, comparando alternativas y ofreciéndole al cliente las propuestas que más le beneficien. Como veis, hacer un anuncio va mucho más allá de la diversión y la locura, lleva tras de sí un procedimiento serio y dificultoso. Ser publicista va mucho más allá de llevar un spot a televisión. La publicidad es también la creación y producción de eventos, son acciones en el punto de venta, es el lugar que ocupan los productos en el lineal, gráficas en revistas, todo el creciente mundo online (redes sociales, páginas webs, email marketing…), flyers, folletos, acciones de lanzamiento de nuevos productos, promociones, congresos… Este es un tema que nos daría para hablar durante horas sobre publicidad y sus diferentes expresiones y aplicaciones. Además, el publicista es un eterno estudiante. Los publicistas debemos formarnos constantemente, investigar y analizar las tendencias para no quedarnos atrás y conocer cada nuevo producto que salga al mercado. Pero la cosa no se queda aquí, con cada nuevo cliente aparece un nuevo reto, es por ello que los publicistas saben un poco de todo, porque para publicitar y comunicar algo, hay que saberlo todo sobre ello, así que sabrá de fruta, de ropa deportiva, de tecnología, de casas, de bebidas energéticas y alcohólicas, de productos de higiene y cosmética… Lo más probable es que con un publicista jamás te quedes sin tema de conversación, y es que es tan extenso su bagaje… No nos importa dormir poco ni levantarnos en mitad de la noche a apuntar esa idea que ha asaltado nuestra mente a altas horas de la madrugada y no queremos dejar escapar, por eso el café es nuestro mejor amigo y aliado. Tampoco nos importa quedarnos hasta tarde en la agencia, ni volver más temprano de lo normal al día siguiente, porque nos encanta el trabajo bien hecho y entregado en el plazo estipulado. Las funciones del publicista son muy variadas y extensas, y ni de lejos se quedan en hacer anuncios y “dibujitos”. Por ello quiero pediros, por favor, respeto hacia nuestra profesión, o al menos, una buena información de todo lo que la publicidad conlleva antes de menospreciarla, y con ella a todos los que hemos dedicado nuestra vida a ella. Respeto para la publicidad y para todas las profesiones, porque ninguna es menos válida que otra, todas son necesarias, como pequeños engranajes sin los que esta gran maquinaria que es la sociedad no funcionaría. Imagen cortesía de iStock
Comentarios