Luego de una pequeña ausencia, regreso de nuevo a pulsar las teclas para hablar sobre algo habitual en la vida de nuestros amigos, los diseñadores gráficos; la experiencia única al frente de un amplio monitor, arduas horas de trabajo y sobre todo la imaginación tan inspiradora del cliente. Este artículo fue escrito para hacer memoria de aquellos amigos que día a día luchan en el campo de batalla entre tipografías, colores, ideas y sugerencias, para construir la visualización de un mundo mejor, también fue escrito para que se sientan identificados y se rían un poquito. Recuerdo que durante mi estadía en una agencia publicitaria; un amigo dijo: “el diseñador también sufre”, me reí, pensé y dije: si, ellos también sufren. Al igual que todos los miembros de la agencia, el diseñador gráfico; más allá de sus luchas internas y problemas emocionales, también sufre preocupaciones que sólo ellos entienden y que el cliente las pasa desapercibido. Esencia única Si colocaran 10 personas y me pidieran identificar al diseñador gráfico, lo haría hasta con los ojos cerrados. Creo que ellos han establecido una cultura, y un propio estilo de vida incomprensible para los demás, han creado “un mundo mágico simbólico”. Sus rasgos sobrepasan a la normalidad de las personas. Lentes grandes “para ver mejor” y una alta graduación que supera un “zoom 50x”, dislexia, miopía, astigmatismo y muchas características que hacer ver diferente este mundo. No puedo dejar de mencionar la música que utilizan como terapia psicológica, audífonos para silenciar el mundo exterior y vivir el propio. Los clásicos “vans” o los distintivos “all star” no dejan de caminar con ellos. Amantes de la cafeína y bebidas energizantes para mantener despierto todo ese cúmulo de ideas. Entes pensantes las 24 horas, tienen pesadillas con “corel draw”, y cuentan con un acumulativo número de ideas en los párpados. Cortes de cabello exóticos, tatuajes extraños, vestimenta tendenciosa y un poco de tabaco para despejar el bloqueo creativo. Algunos de ellos quisieran aplicar el “ctrl+z” en situaciones emocionales, usar el “ctrl+c y ctrl+v” para agilizar sus actividades o “ctrl+q” para cerrar capítulos no gratos de la vida. Para ellos, una buena idea es más anhelada que el amor fugaz. Amigos inseparables Es normal que todo tengamos amigos, pero los diseñadores gráficos tienen amigos inseparables, el lápiz, internet y el ordenador de la manzanita no pueden faltar. Podrán faltar muchas cosas, pero estos 3 individuos no deben hacerlo, sería como privarlos de imaginación y libertad. Podrán pelear con la mina el lápiz, con la lentitud del internet y la velocidad del ordenador, pero siempre habrá una reconciliación, el uno y el otro se necesitan para subsistir. Peleas y reconciliaciones Son comunes las discusiones entre parejas, algunas terminan en fracaso y otras florecen, así mismo ocurre entre diseñador y software. Ocurre con normalidad que al software se le antoje dar un ultimátum a la relación sin previo aviso, cuando envía el mensaje legendario: “el programa se ha cerrado inesperadamente”, es aquí cuando empieza el mar de lágrimas y se busca la manera de restaurar la relación para no perder la información contenida por no haber guardado cambios a tiempo. Las tipografías no convertidas en “path” y objetos no incrustados también cultivan el dolor de cabeza. Los cambios de perfiles de color “CMYK o RGB”, las diversas cantidades de extensiones no funcionales en el software, los documentos “editables en word o freehand” se convierten en problemas complejos, pero, hay que solucionarlo porque la “deadline”, es hoy. Las fuentes malditas Pasarán los diseñadores, los ordenadores, los colores, las ideas y muchas cosas más, pero “comic sans” nunca pasará. Ésta es la leyenda de leyendas sobre las tipografías, posiblemente la más odiada por los diseñadores y la más amada por los clientes. “Comic sans” mantiene representatividad con un alto grado satírico para corroer la paciencia de quienes no la acepten. Es sencillo, diseñador que no haya usado “comic sans” no debe ser llamado diseñador. En su momento fue insignia para las tareas del colegio y sobre todo también ayudó a la formación profesional de algunos. Al mercado habrán salido nuevas tendencias como “lobster” o “gotham” que bastó poco tiempo para que muchos también las utilizaran y volvieran comunes, pero ningún de ella quitará el trono en donde se ha colocado a la “comic sans”, larga vida a “comic sans”. Palabra no gratas En esta sección el cliente es el rey y cuentas el verdugo, juntos inician la tortura cuando dicen: “no me gusta, tiene cambios, métele más diseño, mándame un editable en word, que se mire diferente pero no cambies nada, quiero un amarillo pollo, haz más pequeño el logo, la imagen está de 128×128 px, lo mandé en freehand 5, adapta la tarjeta de presentación a valla, sólo veo cuadritos” y un sinfín de cosas más son las que ponen de cabeza a los diseñadores, es claro, el cliente no tiene la razón pero tiene el dinero. La hora de la muerte llega cinco minutos antes de la salida, cuando te piden ese cambio magistral en el arte que hiciste por horas, y te dicen: “el arte y los cambios son para ayer”. Un mundo sin diseñadores Ahora me pregunto ¿Cómo sería un mundo sin diseñadores gráficos?, sencillo, sería un mundo sin color y sin vida. Los niños no tendrían un desayuno feliz, los snaks serían insípidos, la paleta pantone no existiría, adobe y Thomas Knoll ya habrían muerto. No es necesario conmemorar el día para hablar bien de ellos y de cómo es que estos extraños seres arriesgan su vida y se apasionan por su trabajo. Hacer el mejor trabajo del mundo no es fácil, si volviesen a nacer; serían diseñadores y si la profesión no existiera; la inventarían. Imagen por iStock
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