Todos los días suelo escuchar comentarios de que el ingreso económico de los mexicanos ya no alcanza como antes. Y no es que antes tuviéramos mejores sueldos, si no que en realidad el costo de todo lo que consumimos incrementa año con año, mes a mes y el salario solamente sube un poquitín. No es cosa que no sepamos, la crisis económica es el pan de todos los días. Del 2014 al 2105 el salario tuvo un incremento del 8% vs el incremento que tienen todos los productos de la canasta básica que solo de Enero 2013 a Enero 2014 la inflación fue del 6.17% y sí, aún sigue subiendo. El fin de semana mientras esperaba en la fila del supermercado, observé dos situaciones que me dejaron helada. Delante de mí, una señora de aproximadamente setenta años contaba moneda por moneda la cantidad total que le daba por un aceite, un par de jabones para manos, un bolsa de verduras y una charola de carne, al ver que no le alcanzaba, con decepción, optó por dejar el par de jabones y el aceite. Del otro lado, al mismo tiempo en la caja contigua, una pareja joven sonreía con un carrito repleto de botanas y licores, seguramente para las festividades patrias de ésta semana. La cantidad era grande, seguramente lo proporcional a diez charolas más de carne como las que llevaba la señora. Posiciones diferentes, circunstancias sumamente incomparables, pero apuesto a que la señora sin chistar no desaprovecharía esa misma cantidad de dinero para la fiesta, pensaría primero en productos de primera necesidad. Cada quien es dueño de sus quincenas, pero a qué se debe que muchos se queja de que no alcanza el dinero y justo en estas fechas es cuando gastamos más de lo que ganamos. Es de asombrarse que pese a todos los problemas económicos que enfrentan nuestras familias en el país, nos convencemos cada vez más de que “Dios aprieta pero no ahorca” dice el dicho y que “Dios proveerá” así que sin culpa podremos exceder las tarjetas de crédito, pedir prestado al vecino o nos quedarnos sin una comida balanceada, después de todo siempre hay un colchoncito para gastar con singular alegría en las temporadas de celebración y de shopping. Sin querer generalizar o estandarizar un comportamiento de consumo, podríamos pensar en que es solo una cortina de humo para no sentirnos infelices, o tal vez una mala planeación de las finanzas, la bonita cultura de los mexicanos de que lo importante es convivir y simplemente darte el gusto de disfrutar lo que se tiene hoy. Estudios realizados por Nielsen en el 2014, nos dice que el 70% de los consumidores en México aprovecha las promociones para realizar compras de mayor presupuesto en el Buen Fin, apalancados de los meses sin intereses o de los depósitos adelantados del aguinaldo. ¡OFERTÓN! La categoría ganadora es electrodomésticos con el 51% de las ventas totales, por lo que estamos hablando de un gasto aproximado de entre 3,500 a 7,000 pesos en tan solo un fin de semana. Esta fecha representa el tercer fin de semana de mayor consumo en los mexicanos, después de los que anteceden las fechas decembrinas. El ingreso económico de cada familia en México varía, el 48% de la población se concentra en un nivel socio económico C (datos AMAI) con ingresos aproximados entre 11,000 y 34,000 pesos al mes, sin embargo bajo este parámetro no podremos determinar el comportamiento de los consumos, existen factores que también forman parte de esta decisión, como costumbres, nuevas tendencias de alimentación o la propia variedad de opciones en el mercado. Tenemos un problema real, nuestra cultura no está enfocada en el plan de ahorro o en priorizar necesidades, sin embargo una realidad en la que probablemente gran parte no sea nuestra responsabilidad es que la mayor parte de la población recibe ingresos que no alcanzar para subsistir cada día y por ello es que se gasta más de lo que se ganan. Las deudas crecen, las tarjetas de crédito se inflan y los meses sin intereses se vuelven nuestros aliados. Me pregunto si algún día la economía en general del país podrá restablecerse y lograr un equilibrio, no lo sé, tal vez es mejor pensar en planear una campaña fomentando el ahorro por el bien de las futuras familias, acompañado, por supuesto, de un mejor empleo y sobresalientes salarios. NOTA AL PIE Ponerle más agua a los frijoles es una expresión popular mexicana que se usa cuando hay poca comida y llega alguien más a comer. Ponerle más agua a los frijoles significa engañar el hambre, hacer rendir el alimento en tiempos difíciles. Imagen cortesía de iStock
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