Como lo mencioné en un post de hace ya algunos meses: la creatividad es una capacidad intrínseca del ser humano y es por ello que todos, en cierta medida, somos creativos. Entonces… ¿Por qué en ocasiones nos mostramos reacios a aceptar que somos seres repletos de creatividad? ¿Por qué sufrimos de bloqueos mentales que impiden la concepción de grandes y originales ideas? Algunos estudios indican que los niños pueden llegar a ser más creativos en comparación a los adultos ¿No será entonces que debemos revivir nuestra infancia en el proceso creativo? ¡Pensar más como niños! ¿Qué tipo de ideas teníamos a los ocho años? Quizá en un momento de nuestras vidas decidimos ser más racionales y dejar a un lado tanta ingenuidad. Puede que la rigidez de las actividades diarias o la monotonía de la vida adulta y profesional hayan logrado devaluar la creatividad tanto como el peso mexicano. De cualquier forma, la creatividad es una capacidad universal que, creas o no creas en ella, la desees o no, siempre está ahí. Únicamente debes utilizar las herramientas adecuadas para acceder a sus bondades. Existe un sinfín de técnicas y hábitos para impulsar la creatividad, aunque también es cierto que todos somos, pensamos y actuamos de formas distintas, por lo cual hay métodos que se nos pueden acomodar mejor a la hora de hacer creatividad. Últimamente, en aras de potenciar mi pensamiento creativo, he venido adoptando algunas actividades y ejercicios (además de los que ya he compartido con anterioridad en otros posts) que me han sido de gran utilidad para generar nuevas ideas. A continuación te los comparto: Hazte muchas preguntas (cuestiona todo) Fue así como surgieron los grandes filósofos en busca de conocimiento y sabiduría: ¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? ¿Por qué el cielo es azul? ¿La tierra es plana, cuadrada o redonda? Filosofar en nuestros ratos de ocio puede ser una gran fuente de donde emerjan grandes ideas y soluciones concretas a problemáticas específicas. De esta manera se estimula el pensamiento creativo y el sentido común para generar un sinnúmero de respuestas creando conexiones en el cerebro donde antes no las había. Meditación y relajación ¡Basta de tanto ajetreo! Cuando permanecemos inmersos en las convencionalidades del día a día nuestra mente es proclive a experimentar cierto desgaste, por ello es imprescindible salir del estrés cotidiano y alejarse de las ideas lógicas, obvias y nocivas para nuestra mente creativa. Puedes comenzar calendarizando actividades recreativas que estén fuera de un contexto que predomine en tu vida y así dar acceso a nuevas ideas y pensamientos difíciles de hallar en un entorno común. Leer, conocer y vivir cosas distintas Seguramente ya has leído mucho sobre publicidad, marketing y creatividad, también conoces gente del medio y vives experiencias que giran en torno al mismo, pero ¿qué te parece si por un momento sales de ese mundo tan minúsculo y comienzas a leer, conocer y vivir experiencias distintas? Leer un poco de poesía contemporánea, conocer personas que se desenvuelven en ámbitos completamente distintos al tuyo y vivir experiencias fuera de ese “mundillo” tan predecible y monótono. Sin duda son actividades que nutren y fortalecen nuestra perspectiva creativa. Da rienda suelta a tus pensamientos ¿Cuántas ideas se han quedado encerradas en la habitación mental del pesimismo? En ocasiones podemos experimentar miedo o vergüenza al momento de externar alguna idea “loca” o poco convencional por temor al “qué dirán”. A decir verdad importa poco lo que digan los demás mientras tú creas firmemente en tus ideas. ¡No permitas que se queden en el olvido! Quién sabe, quizá una de esas ideas “sin sentido” pueda llegar a enamorar a alguien, pero nunca lo sabrás si no desinhibes tus pensamientos. Sígueme en twitter: @alejandro_mkt Imagen cortesía de iStock
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