Tener una idea millonaria puede ser sólo eso: una idea. Una representación mental que quedará en el baúl de los recuerdos si no se lleva a la práctica. Uno más de esos viajes creativos que no han podido ser concretados quizá por desidia, desánimo o miedo. Miedo al fracaso, al “qué dirán” o a hacer el ridículo. Y es que el miedo es el peor enemigo de las grandes ideas; cuando éstas se presentan pareciera que un duendecillo dentro de nuestras mentes comienza a decir cosas como: ¡No lo hagas! Esa idea es peligrosa; déjala ir, ya se te ocurrirá algo mejor… Algunos expertos señalan que nuestra mente genera entre 60 y 70 mil ideas diariamente, de las cuales la gran mayoría son negativas. ¿Setenta mil? Son muchas ¿no? ¿Me creerías si te digo que únicamente necesitas materializar una de ellas para eliminar a ese duendecillo negativo y comenzar a pensar de una manera más creativa y disruptiva? ¡Así es! A menudo el ser humano piensa que debe esperar, esperar y esperar para llevar a cabo la idea perfecta en el momento perfecto, cuando en realidad esa justificación está basada en el miedo. Esto indica que no existe una crisis de ideas, sino una crisis de acción. Irónicamente hay una escasez alarmante de acción dentro de una gran abundancia de ideas. Sin embargo, mas allá de ver lo anterior como algo negativo, se puede percibir como un área de oportunidad para salir de la zona de confort y revivir aquellas ideas que jamás te atreviste a realizar porque eran muy “difíciles” o “arriesgadas”. Las ideas son como el rodaje de una película: hace falta decir ¡acción! para que algo bueno ocurra. Entonces ¿Qué hacer para salir de ese “bache” y hacer que mis ideas trabajen?:
- Comienza por correr pequeños riesgos: Deben ser riesgos medidos que te hagan salir de la comodidad y brinden un resultado a corto plazo. De esta manera podrás comenzar a vencer los miedos que te detienen.
- Establece objetivos: Qué quiero y para cuándo.
- Identifica tu idea: Ideas hay miles ¿Cuál de ellas quieres materializar primero?
- ¡Acción!: Es hora de protagonizar tu propia película e ir a hacer que las cosas sucedan. Si la idea realmente te apasiona no habrá situación o adversidad alguna que te haga renunciar a ella.
¿Qué esperas para dar acción a tus ideas? Imagen cortesía de iStock
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