“…Y descubrir una libertad que en realidad jamás había conocido, aparte de en los libros, en los libros que son mucho más peligrosos para un adolescente que las armas, pues me inocularon unos deseos imposibles de cumplir…” El alcohol y la nostalgia, Mathias Énard. A finales de 2002, McDonald’s hacía públicas sus pérdidas. Y apenas un año más tarde, salía a la luz un documental que remataría su imagen de marca: Supersize me, de Morgan Spurlock. Podríamos resumir los acontecimientos en el siguiente diálogo:
- ¡McDonald’s es horrible para la salud!
- Nosotros ofrecemos distintos menús y hacemos deporte: eres tú quien elige qué comer y qué hacer.
Desde ese momento, McDonald’s atacó por lo flancos, cambió de color, de menús y puso a sus payaso a correr. Y vive. Y sigue lleno. Si para algo sirve la historia y las experiencias, es para aprender. Y los franceses, independientemente de si son o no adictos a las hamburguesas, han aprendido mucho de McDonald’s. Y de publicidad. Grenoble, al sudeste de Francia, es una ciudad conocida por ser especialmente delictiva y conflictiva. ¿Y qué haces cuando tienes un problema? Te inventas un cuento, que mantenga la atención de espectador en el punto deseado. El buen publicista, al igual que el buen mago, te hace mirar la carta pero no la mano. Y siguiendo al pie de la letra estos dictados publicitarios, más o menos mágicos, han llenado las paradas de bus y otros puntos de la ciudad con dispensadores de literatura. Por otra parte, Amazon, emperador por excelencia en el mundo literario de ventas online, ha decidido abrir una librería en Seattle. Concretamente, en el University Village (y no, no es un pueblo de universitarios, sino un centro comercial). Mientras que miles de librerías luchan por conseguir un puesto en las redes, porque con el papel no les da para llegar a fin de mes, Amazon, después de abrir nuevos caminos, regresa al de toda la vida. Por si no estáis hartos de libros y letras, ha llegado una nueva modalidad, francamente original: Los cuentos vía emojis. Como cualquier lengua en proceso de creación, tiene una cantidad limitada de piezas, que mezcladas dan lugar a nuevas palabras, historias… Os incito a crear conceptos, palabras, hisorias con #Microemojis. Y si algo tienen en común Grenoble, Amazon y los #microemojis, es que llevan la literatura a contracorriente, por hojas en blanco inexploradas. ¿Y qué más da si el fin es comercial? ¿Qué más da si el fin es un lavado de cara? ¿Qué importa el fin de la literatura mientras no mueran las letras? Dejemos que la libertad de la lectura nos embargue, que nazcan nuevos deseos inoculables.
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