Hace muy pocos días, la saga de “Volver al futuro” estuvo nuevamente en boca de todos ya que llegó el 21 de octubre de 2015, fecha en la que transcurría casi toda la segunda película. Ya se han escrito miles de notas, posteos y tuits al respecto, pero esta anécdota que comparto, aunque llegue tarde, es muy especial: nos ofrece a los publicitarios una brillante estrategia para responder pedidos del cliente con los que no estamos de acuerdo. Y esa estrategia fue utilizada nada menos que por el gran Steven Spielberg. Resulta que los guionistas de “Volver al futuro”, Bob Gale y Robert Zemeckis, este último también director de la trilogía, enviaron al estudio MCA Universal la versión más reciente del guion. La respuesta del jefe del estudio, Sid Sheinberg, fue muy elogiosa salvo por una cuestión: el título. Al tipo no le gustaba el nombre “Back to the Future”, o “Volver al futuro”, principalmente porque según él convertía al filme en una película “de género” y suponía que esto le iba a restar público. Su idea era llamarla “Space Man from Pluto”, algo así como “El hombre del espacio de Plutón”, o “El cosmonauta de Plutón”. También sugería algunos pocos cambios en los diálogos para que estos incluyeran el nuevo nombre. Por ejemplo, cuando Marty se presenta ante su padre como “Soy Darth Vader de Vulcano” (genialidad que combina Star Wars y Star Trek), Sheinberg pretendía que dijera, claro, “soy un cosmonauta de Plutón”. El ejecutivo sabía que el nombre sonaba a película de ciencia ficción barata y anticuada. Él sostenía que, pese a esto, “Space Man from Pluto” era un título original y divertido, con un gancho similar al de “Ghostbusters” (“Los Cazafantasmas”). Gale y Zemeckis no opinaban lo mismo y, desesperados, recurrieron a Steven Spielberg, productor ejecutivo de la saga. “Tranquilos, yo sé qué hacer”, parece que les contestó Spielberg, quien también amaba el nombre “Back to the Future”. Lo que hizo fue enviarle una nota a Sheinberg en la que decía: “Querido Sid, gracias por tu graciosísima nota del 17 de octubre. Todos nos reímos mucho. ¡Que haya más!” Spielberg aseguró que Sheinberg se iba a sentir tan avergonzado que no iba a aclarar que su sugerencia había sido en serio y que, más aún, no iba a volver a meterse con la película. Y así sucedió: no hubo más intromisiones del ejecutivo en la producción de “Volver al futuro”. Como dije al principio, la estrategia de Spielberg fue tan brillante que nos puede servir a los publicitarios para responder un pedido del cliente con el que no estemos de acuerdo. Algo así como “¡Jajajaja, muy buen chiste el de agrandar el logo! ¡Gracias por hacernos reír así!” ¿Quién se anima a hacerlo?
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