No importa si se descansa quince, diez, cuatro días o un fin de semana (como en mi caso), después de vacaciones a la mente le cuesta trabajar. Por mi parte le daría más días a mi cabeza para que descanse, se lo tiene merecido; el problema es que es mi dupla creativa y sin ella no puedo pensar. La necesito de vuelta. Investigué y al parecer, este síndrome post-vacacional sucede porque el cerebro trabaja con una política de ahorro de energía y el cambio de rutina trabajo-vacaciones, vacaciones-trabajo, requiere de más energía de la que venía utilizando. Por eso es importante no alterar las rutinas de forma tan drástica. Si me levantaba todos los días a las cinco de la mañana, en vacaciones no era conveniente hacerlo al medio día. Pero lo hecho, hecho está, entonces busqué cómo podría ponerlo a andar, qué cosas podría hacer para estimularlo. Encontré la Gimnasia Neuróbica. Una serie de ejercicios creados por Larry Katz que estimulan los cinco sentidos para mantener en forma este músculo. Como el cerebro es nuestro activo más importante, decidí compartirlo. Tranquilos, no se trata de agregar más tareas a la rutina diaria, sino de cambiar cómo hacemos las cosas que usualmente hacemos para ampliar nuestra percepción, mejorar nuestra atención y memoria. Comiencen haciendo actividades básicas con la mano izquierda (o la derecha para los zurdos): comer, lavarse los dientes, peinarse. Inténtenlo. Si llegan a nivel avanzado, pueden usar el mouse, escribir o dibujar con la mano menos dominante. Cambien la ruta para ir al trabajo, los muebles o las cosas de lugar y si toman el mismo camino, fíjense en lo que antes no habían visto. Jueguen a descubrir cosas nuevas. Vestirse o comer con los ojos cerrados, memorizar la lista del mercado, aprender una nueva palabra del diccionario, asociar adjetivos a una palabra, ver una imagen al revés, armar una historia a partir de un elemento, completar una frase de un libro, pensar en otro uso para los objetos, son ejercicios que también ayudan con la causa. Y si están muy osados, intenten hacer algo nuevo. Probar una comida, aprender un nuevo idioma, practicar un deporte que nunca hayan hecho, etc. Lo importante es entrenar al cerebro para que esté listo para cualquier desafío del día, por no decir para cualquier campaña de última hora. En la Universidad le escuché a un profesor, que era nuestro deber conocer cómo funciona el cerebro porque trabajábamos con él. Ahora yo agrego, que también es nuestra responsabilidad mantenerlo en forma porque creamos con él. Imagen cortesía de iStock
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